Su viaje comenzó a 5. 782 kilómetros de Alemania y lo hizo con su hermana empujando la silla todo el camino. Nujeen tiene una parálisis cerebral que afecta a sus piernas, su realidad en Alepo se encerraba entre las cuatro paredes de su habitación, no podía ir al colegio pero aprendió ella sola inglés con YouTube. Su único espacio de fuga era un balcón.

Nujeen Mustafa explica que "era un espacio para tomar aire fresco... para ver algo de movimiento".

Decidieron huir de las bombas, pasaron por Turquía y allí vio por primera vez el mar: "Tuve miedo en la barca pero traté de disfrutar la experiencia... pero no sabía si iba a vivir o a morir".

Ese viaje en bote se le hizo interminable. Añade que "fue un día muy duro" y que espera "no volver a pasar por esa experiencia otra vez".

Engañadas hasta dos veces por los traficantes, ella no les guarda rencor: "No tengo tiempo de odiar a nadie".

Su viaje duró dos meses, gastaron 5.045 euros pero un avión, dos viajes por mar, tres trenes, ocho taxis y diez autobuses después les llevaron a Alemania.

"Ponía el camino hacia Alemania. Me reí porque no había ninguna bandera y le pregunté a alguien y me dijo bienvenida estás recién llegada a Alemania". Ahora, algo tan normal como ir al colegio también se ha convertido para ella en algo rutinario que forma parte de su nueva vida.