Momentos de tensión en el patio del Parlamento británico, acaba de producirse el ataque a las puertas del edificio, se escuchan disparos fuera y la primera ministra está siendo evacuada. Un guardaespaldas ordena a Theresa May que suba al coche, ella corre, pero hay confusión y ni May ni su séquito tienen claro en cuál montar.

La acompañan, al menos, siete personas, varias de ellas armadas, y tras unos segundos algo desorientados, finalmente se suben a un vehículo y esperan unos instantes antes de salir, asegurándose de que no haya peligro.

El coche arranca, se disponen a abandonar el patio rumbo a Downing Street, pero justo antes de atravesar la salida, deciden abortar la huida, y dar marcha atrás porque están viendo a través de las arquerías lo que ocurre a tan solo unos 90 metros de distancia.

El atacante ha sido abatido, pero no saben si podría haber más. El terrorista yace en el suelo tras haber sido disparado por el policía al que ha apuñalado poco antes, un agente que se tambalea malherido y finalmente cae desplomado.

Los sanitarios intentan reanimarlo sin éxito, tanto a él como al atacante. Ha visto la luz la foto tomada sólo unos minutos antes de la tragedia, el policía, Keith Palmer, accedía a ser retratado por una turista a las puertas del lugar donde sería asesinado.