Escondida entre valles y montes, de esta iglesia neoclásica, joya del siglo XVIII, apenas queda la estructura. "Las yeserías están picadas con cincel y seguramente se las han llevado", ha declarado Josep Valero, gestor de Cultura del Ayuntamiento de Loriguilla.

En 1958 Loriguilla desapareció después de que Franco ordenara construir un embalse. Su iglesia es lo único que queda aunque está destrozada. "Aquí campaban a sus anchas los perros, las cabras, las borregas y también tenemos conciencia de que se han hecho misas negras dentro de la iglesia", añade Josep Valero.

Donde ahora hay agua, antes estaban las casas. Dolores, una vecina del pueblo, recuerda hasta el último detalle: "Las casas estaban tan pegaditas que casi se tocaban los balcones y todo esto por debajo está lleno de cuevas de los moros. También estuvieron los romanos, es un pueblo que tiene mucha historia, lo que pasa es que se ha quedado en nada, me emociono".

Ahora, los vecinos posan delante de lo que antaño fue su colegio. Tras el despoblamiento, la zona se usó como campo de maniobras del Ejército, era una forma de evitar que los vecinos volvieran a sus casas.

Además, pretenden, al menos, recuperar la iglesia del pueblo: "O bien que la confederación la rehabilite o la ceda al patrimonio del ayuntamiento", ha declarado Manuel Cervera, alcalde de Loriguilla. El empeño de los vecinos de Loriguilla quizá pueda conseguir que el recuerdo vuelva a ser una realidad.