Con "un nudo en la garganta", pero seguro de que podía conquistar a su "gente", la de Madrid, Joaquín Sabina ha bordado el primero de sus dos conciertos en la capital dentro de la gira 'Lo niego todo', ante un público que ha visto disfrutar sobremanera al ubetense.

Y es que Madrid ya echaba de menos a Sabina. La hipótesis, además, se ha confirmado y ratificado con una multitud de sabineros que se ha quitado el sombrero ante su ídolo, que sí ha irrumpido en el escenario con su mítico bombín, evidenciando que sigue siendo el "canalla" de toda la vida.

Rotunda ha sonado en su voz "de lija" la primera canción de la velada, esa que da nombre al nuevo álbum y que le ha ayudado al cantautor a mirarse en el espejo y burlarse de esa "caricatura" que se ha hecho de él.

Así ha abierto un bloque en el que ha despachado, al estilo de su admirada Mercedes Sosa, toda la selección de temas de su nueva aventura discográfica, que ha continuado con 'Quien más, quien menos' y 'Posdata', que ha retumbado con aires mexicanos entre bailes del cantante.

Seguidas las dos de 'No tan deprisa' y 'Qué estoy haciendo aquí', para la que el jienense ha sacado un "pito de caña", ese "dificilísimo instrumento" que le enseñó a tocar su "maestro", Javier Krahe, a quien también hace un guiño en la canción que ha desatado del todo al público, 'Lágrimas de mármol', con una letra que demuestra que el que se llama "viejo verde" no teme a la vejez.

Después de ese momento y antes de llegar "al núcleo duro" del concierto, Sabina ha parado para hablar con cierto detenimiento de su banda o, en sus palabras, de su "familia", encabezada por sus fieles, Pancho Varona, Antonio García de Diego y Mara Barros.

Pasada la hora y media de espectáculo, nadie podría poner en solfa el poder cautivador de Sabina cuando decide abrir el baúl de los clásicos delante de sus seguidores, que han vibrado con el poderío de Barros en cuanto ha entonado la popular 'Y sin embargo te quiero', predecesora de otro de los momentos estrella de la velada, el profundo 'Y sin embargo' de Sabina, seguido de (mucho) 'Ruido'.

La recta final ha llegado con 'Peces de ciudad' y '19 días y 500 noches', bailada por muchos y coreada por todos, antes de que 'Aves de paso', valga la redundancia, dieran paso al segundo receso, del que Sabina volvía con los bises.

'Noches de boda', 'Y nos dieron las diez' y 'Princesa', anunciaban la despedida de un "trovador" que ha reaparecido para regalar 'Contigo' y arrojar 'Pastillas para no soñar'.