En Estados Unidos, los efectos de la crisis han golpeado de lleno el corazón de norteamérica. Prueba de ello es el auge de apoyo a las políticas de Donald Trump, quien, a pesar de su marcado carácter racista y xenófobo, ha logrado recabar el apoyo de una considerable parte de la comunidad afroamericana. Pero no todos viven con tanto entusiasmo dicha oleada de apoyo al magnate. Zanesville es un símbolo de la América racista que teme a Trump, pese a que la victoria del candidato republicano se impuso a Clinton con más de 24.000 votos a favor.

Allí, como en otras tantas localidades estadounidenses, el territorio se divide en dos partes con diferencias circunstanciales. Con alrededor de 3.000 habitantes, los residentes del norte son cada vez más ricos; mientras, al sur, la zona pobre se ve cada año más afectada por la desigualdad y los problemas relacionados con la delincuencia y las drogas, entre otros factores. Pero, ¿cuál de las dos partes de Zanesville ha apoyado de forma mayoritaria a Trump? Sorprendentemente, ha sido el lado donde afluye de manera más significativa la pobreza. Esta ciudad, además, se presenta como amante de las armas.

Cabe destacar, además, que en este territorio casi exclusivamente blanco hay un barrio negro que, si bien en principio parece igual que los otros, expone una diferencia sustancial: el ayuntamiento de esta localidad se ha negado durante décadas a ponerles agua corriente.

"Un ejemplo que tengo marcado es en un mitin. Un hombre negro estaba siendo escoltado por la policía a la salida y un hombre blanco le golpeó en la cara..."

"Trump ha abierto viejas heridas", cuenta Edward, residente en Zanesville. Miembro de una de las más de 6.000 familias que habita en esta localidad, la suya fue una de las primeras en denunciar las condiciones precarias en las que vivía gran parte de la comunidad negra. Edward recibe al equipo de laSexta en bata y zapatillas. No le importa su aspecto; sí las reivindicaciones que arroja en contra de la segregación racial.

"Un ejemplo que tengo marcado es en un mitin. Un hombre negro estaba siendo escoltado por la policía a la salida y un hombre blanco le golpeó en la cara. Yo hubiera parado ahí mismo el mitin, y nunca se hizo nada", recuerda. Es uno de los tantos incidentes de carácter racista que se han vivido en la campaña electoral de Donald Trump.

No es el único al que apunta Edward. En Zanesville, la comunidad negra tenía que servirse de un río contaminado para beber y lavarse. Un juez condenó al ayuntamiento en 2008 por racismo y le obligó a poner cañerías, pero esta victoria contra los prejuicios raciales de poco ha servido ante la nueva oleada discriminatoria que azota el país con el régimen radicalista que presentan las dinámicas políticas del nuevo presidente de EEUU.