América Sur
Un mar de sal
El segundo salar más grande del mundo
Publicidad
Salinas Grandes es un desierto de sal ubicado en el circuito turístico de la Puna entre las provincias de Salta y Jujuy en Argentina. Se encuentra entre Purmamarca, en la Quebrada de Humahuaca y Susques, un precioso pueblo de la Puna Jujeña. Argentina guarda tesoros cuya inmensidad es inabarcable. Esta región del norte, la región de la puna jujeña, y en particular este inmenso desierto blanco, es uno de ellos, y te aseguramos que te cautivará. Las Salinas Grandes de Jujuy son impactantes, solo comparables con el inmenso salar de Uyuni en Bolivia. Un paisaje árido, seco y rodeado de montañas. Un destino único que no puedes dejar de visitar en un viaje por el norte argentino. Las Salinas Grandes están formadas por una capa de sal que ocupa una extensión de 1.500 kilómetros cuadrados en la Puna jujeña a 3.350 metros de altura sobre el nivel del mar. La capa de sal tiene entre 10 y 50 centímetros de espesor. Cuando llueve, la superficie aparece cubierta de agua, especialmente en la zona central del salar, y se generan tormentas eléctricas. Este enorme mar de sal está cubierto de pequeñas crestas formando figuras que se originan por la acción del viento. Los habitantes de la puna explotaron y explotan la sal desde tiempos inmemoriales. Los primeros testimonios de esta actividad se remontan a finales de la ocupación prehispánica inca. Pero no se han hallado restos arqueolígicos de asentamientos que demuestren que hubiera poblaciones estables alrededor de este blanco mar argentino. Los trabajadores se dedicaban a cortar bloques de sal con hachas cilíndricas de piedra que si se han encontrado entre el mineral y a orillas del salar. Lo bueno es que la sal extraída se puede consumir directamente. Su extraña situación geografía y singular clima, han covertido a las Salinas Grandes en un importante atractivo turístico. Puedes visitar este extraño y sorprendente paisaje desde Salta y desde Jujuy. Hay excursiones organizadas para recorrer las salinas en bicicleta, ver el proceso de extracción de la sal, disfrutar de espectaculares atardeceres y ver como se elaboran artesanías con sal. Tanto de día como de noche el paisaje es mágico. Si vas a visitar este increíble lugar recuerda que no hay ningún estableciemiento donde comprar comida ni bebida. Y es muy recomendable evitar las horas centrales del día ya que el reflejo de la luz del sol puede caudar daños y el calor puede resultar sofocante. Hay una camino de entrada por el que se puede circular. Ten en cuenta que a pesar de que la superficie blanca parece estable, debajo todo es agua, así que no hay que salirse del camino establecido. El horario ideal para visitar las Salinas Grandes es a primera hora de la mañana. Por la tarde se levanta un viento fuerte que suele resultar incómodo. Prepara tu cámara de fotos, los reflejos de la luz del sol, el efecto espejo en la superficie blanca y el blanco dan mucho juego y generan efectos especiales muy curiosos ya que se pierde la noción de la distancia y el espacio.
Publicidad