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Asia

Fushimi Inari, el templo de las 10.000 puertas

A cinco minutos en tren de Kioto, es uno de los templos más impresionantes y diferentes de Japón.

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Apenas cinco minutos es lo que tarda un tren de la red regional en cubrir el trayecto entre la estación Central de Kioto y la que se encuentra en la puerta del templo Fushimi Inari. Pero el viaje no parece haber sido de apenas unos kilómetros, sino de mucha más distancia, en tanto que se abandona el bullicioso centro de la antigua capital nipona por un auténtico remanso de paz que ni los centenares de turistas que lo visitan a diario consiguen quebrar con sus conversaciones. Resulta lógico que no haya visitante de Kioto que no quiera irse sin conocer de primera mano el Fushimi Inari, ya que es un templo único gracias a contar con más de 10.000 puertas, arcos sacramentados que costeaban particulares para ser bendecidos. Se encuentran a la espalda del templo sintoista, formando un camino enmarcado por columnas de madera roja y base negra. En el siglo VIII, la familia Hata dedicó este santuario a los dioses del arroz y del sake, pero a medida que disminuía el papel de la agricultura, se iba pidiendo a Inari, patrona de los negocios, que garantizaran su prosperidad. Fue así como nació la tradición de las puertas y aun hoy es posible seguir encargando una. Siguen siendo donaciones de empresarios y comerciantes y cuestan de 400.000 a 1.000.000 de yenes. Escoltados por estatuas de zorros, los tramos del camino siguen, en algunos momentos, elevadas pendientes, de ahí que se pueda escoger si se hace una ruta muy completa que sube toda la montaña hasta un pequeño santuario (aproximadamente son cuatro kilómetros de caminata, siempre escoltados por las puertas), o una más corta, circular, por la espalda del templo de la entrada. Una vez visitado el templo, si se ha ido muy temprano, aún hay tiempo para dirigirnos en tren a Nara o a Osaka, o volver a Kioto y seguir anotando templos curiosos en la libreta de viaje. No faltarán nunca buenas opciones en Japón.

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