UN PASEO POR LAS TECNOLOGÍAS QUE HAN MARCADO NUESTRA VIDA
¿Te acuerdas de...? Napster
Tuvo que cerrar tras no poder hacer frente a la demanda de la RIAA, pero marcó una época y sentó un precedente: así fue la corta vida de la aplicación musical que convulsionó el final de los '90 y popularizó el P2P.

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En unos tiempos en los que tenemos todo a golpe de click, programas como Spotify o plataformas de descarga directa como BitShare.com, Uploaded.to, Freakshare o Depositfiles (junto a un interminable etéctera) nos han facilitado sobremanera el acceso rápido y gratuito a música, cine, series y todo tipo de contenido audiovisual.
Pero ¿recuerdas cuando tenías que buscar las canciones una a una y tardabas en bajarte un disco de 100MB el tiempo en el que ahora te bajas 1GB? Eran los tiempos en los que comenzaba a popularizarse el P2P (Peer to peer) o, lo que es lo mismo, el intercambio de archivos entre personas. Y en ese ámbito, Napster fue el primer rey.
Napster nació en junio de 1999 de mano de Shawn Fanning, Jordan Ritter y Sean Parker, quienes crearon un sistema cuya red central albergaba una lista de usuarios y redes conectadas que permitía acceder a todo tipo de contenido, entre el que se encontraba mucho material con copyright. No obstante, Napster no tenía (casi) nada que ver en el intercambio de esos contenidos, ya que eran los propios usuarios, conectados en red, los que se encargaban de hacer la transmisión de archivos entre ellos (peer to peer).
La demanda de la RIAA
Durante los primeros meses, Napster tuvo una más que sorprendente acogida entre los usuarios, pero fue a finales de 1999 cuando su uso se popularizó en todo el mundo. El 7 de diciembre, la RIAA (Asociación de la Industria Musical Norteamericana, algo así como la SGAE y Promusicae españolas), demandó a la compañía acusándola de contribuir, aunque fuera de manera indirecta, a la infracción de los derechos de autor de las obras de sus artistas, cuyos catálogos, por aquel entonces, podían encontrarse en Napster de forma gratuita.
Como si de un efecto Streisand se tratara, las demandas hicieron que todo aquel que no conocía Napster no sólo lo conociese, sino que, además, empezase a usarlo. Todo ello convirtió a Napster en una verdadera revolución, ya que era la primera vez que los usuarios podían disponer de un gigantesco catálogo de música de forma gratuita (si dejamos a un lado los tiempos en que los compañeros de clase nos grababan cassettes).
Quiebra y cierre
Sin embargo, y pese al innegable éxito de la plataforma como tal, el final de Napster no fue demasiado halagüeño. En marzo de 2001, la Corte del Distrito ordenaba a la compañía prevenir y evitar el intercambio de archivos protegidos por copyright entre sus usuarios, una petición prácticamente imposible de llevar a cabo en el aspecto técnico. Apenas cuatro meses después, Napster anunció su cierre definitivo.
La compañía intentó establecer un sistema de pago entre sus usuarios para solventar la deuda de 36 millones de dólares adquirida con sus demandantes, pero todos los intentos fueron rechazados por los jueces, que la empujaron a su disolución absoluta. A día de hoy, y tras varias ventas, Napster forma parte del grupo Rhapsody y ofrece un servicio de descarga de música bajo suscripción.
Una revolución absoluta en la industria musical
Al margen de su trágico final, Napster revolucionó para siempre la industria discográfica. A partir de entonces, el acceso gratuito a todo tipo de música y contenidos audiovisuales es un hecho -ya sea mediante intercambio o a través de descarga-.
El cambio de paradigma queda patente en una escena de The Social Network, la película sobre Facebook, en la que el personaje de Eduardo Saverin (cofundador de la red social) le recuerda su fracaso a Sean Parker. La supuesta respuesta de Parker no deja lugar a dudas: “¿Quieres comprar un Tower Records, Eduardo?”. Tower Records es una cadena de tiendas de discos de Estados Unidos.
Detractores y aliados
A lo largo de su breve historia, Napster no dejó indiferente a nadie que tuviese algo de protagonismo en la industria discográfica. Estos fueron algunos de sus detractores y aliados:
En contra:
- RIAA y discográficas. La RIAA fue la que interpuso la demanda que, a la postre, acabó con Napster. Pese a sus empeños con acabar con la compañía, lo que nunca pudo hacer fue acabar con el P2P, que a día de hoy sigue latente en redes como Torrent.
- Metallica, Dr. Dre, Madonna... Fueron varios los artistas de renombre que mostraron públicamente su rechazo a Napster. El caso más poderoso fue el de Metallica, que tuvo que ver cómo la demo de su canción 'I disappear' aparecía en Napster antes de que el propio tema fuese oficialmente editado.
- Weird Al Yankovic: 'Don´t download this song'. Este artista californiano lanzó un himno contra las descargas en 2006, cuando editó la canción 'Don´t download this song':
A favor:
- Usuarios. Evidentemente, los usuarios de Napster no podían estar más contentos con su sistema. No sólo podían conseguir música gratis, sino que además podían hacerse sus propios repertorios con canciones sueltas. Una práctica habitual a día de hoy, pero inexistente por aquel entonces, cuando tenías que comprar los discos enteros aunque solo te gustasen dos o tres canciones.
- Offspring, Radiohead, Smashing Pumpkins... Si hubo grupos que se oponían a Napster, no fueron menos los que decidieron apoyar a la plataforma y su labor a la hora de dar promoción -aunque fuera de manera indirecta- a grupos que no contaban con grandes herramientas promocionales. Fue el caso del disco 'Kid A', de Radiohead, que, a pesar de no haber sonado demasiado en las radios, se convirtió en un éxito gracias a su difusión a través de Napster, donde estuvo disponible un mes antes de que llegase a lanzarse de forma oficial.
- MC Lars: 'Download this song'. En respuesta al tema de Weird Al Yankovic, MC Lars lanzó una canción en la que no solo animaba al público a bajársela, sino que, además, ofrecía una dura reprimenda a la industria discográfica:
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