INTERNET, CIUDAD CON LEY
Ejecuciones, accidentes brutales, anorexia… ¿Por qué no desaparecen de Internet?
Como en el mundo físico, en la Red tendrás que ver contenidos indeseables. Habrá veces que los encuentres de forma casual, y otras que los busques por algún tipo de interés personal o simplemente curiosidad. Son moralmente reprochables pero no delictivos. Debes saber qué hacer con ellos.

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¿A qué tipo de contenidos nos estamos refiriendo?
Publicaciones, texto o imagen, que hablan sobre bulimia, anorexia, ejecuciones, muertes violentas por terrorismo, asesinato, accidentes de vehículos, gore o con contenido violento extremo, entre otros y que, lo más importante, no son delictivos.
Está de moda inventar delitos
Sí, está muy de moda. Cada vez es más frecuente encontrar expresiones como: “Esta publicación es apología de la violencia”, “apología del delito”, “incitación al delito o a la violencia”, y mil combinaciones más que le hacen pensar a más de un usuari@ que merecen una intervención policial o una detención para los responsables de estos contenidos.
Hay que tener presente que en la Red, como el mundo físico, no todo lo deleznable, despreciable, reprochable o potencialmente dañino es delito. Podrá ser moralmente reprochable, pero no es meritorio de sanción penal. Se denominan contenidos nocivos por el impacto que puede tener sobre ciertas personas y, sobre sobro todo, sobre la personalidad de un menor que desde pequeño tenga acceso a este tipo de contenidos.
¿Por qué están publicados?
Existen varias motivaciones. Los autores de contenidos como la anorexia y la bulimia, la apología de la pornografía infantil o posibles conductas suicidas y autolesivas, publican para identificarse y conectar con personas que piensan o actúan como ellos. Quieren que su mensaje en la Red sea visto como una conducta normalizada en la sociedad y no como un comportamiento potencialmente lesivo o reprochable.
Si hablamos de contenidos de violencia extrema, como ejecuciones, pornografía explícita, gore, etc. lo que buscan es atraer a cierto público. Da igual si los contenidos son espeluznantes o extremadamente duros; lo importante para los administradores de estas webs es atraer visitantes a sus páginas, generar tráfico y ganar dinero con la publicidad contratada.
Si encuentras este tipo de contenido, repórtalo
A pesar de lo horripilantes que puedan llegar a ser ciertas webs sobre anorexia o vídeos sobre ejecuciones, lo cierto es que, a diario, tenemos que convivir con ellos. Evidentemente, y más en la web superficial, los medio de comunicación, las redes sociales más conocidas, los servicios blogger, etc. reputados no albergan ni permiten en sus condiciones de uso que los internautas creen o publiquen contenidos de este tipo. Si algún usuario los detecta, es cuestión de reportarlos al administrador del sitio.
Como os comentaba anteriormente, hay administradores webs que, estando o no de acuerdo con la moralidad de estos contenidos, tienen claro que su objetivo es generar visitas y mercadear con ellos. Para ello, optarán por un proveedor de servicios de alojamiento denominado bulletproof hosting (generalmente se sitúan en terceros países como Rusia o China para eludir las investigaciones policiales y la acción de la justicia) para albergar contenidos de este tipo.
Estaréis pensando que existen los contenidos que ensalzan este tipo de actitudes en servicios tan reputados como blogger. Un proveedor de servicios de la envergadura de Google, a priori, no puede tener constancia de todos los contenidos que alojan sus servidores y, hasta que no son reportados como inadecuados por algún usuario, no estudian la procedencia de su retirada. Pero en realidad, si muchos de estos contenidos siguen estando publicados es porque, como sabrás, si un blog es eliminado, su titular puede abrir otro igual en cuestión de minutos, por lo que únicamente será cuestión de cambiar el nombre del blog.
La red TOR no es lugar para menores
La red TOR, como ya sabréis, está plagada de contenidos extremos y de poco o nada os va a servir escandalizaros o reportar a la web que los publica. La Deep web tiene su propia idiosincrasia y, el que accede a sus profundidades, debe tener presente qué contenidos alberga. En la web superficial hay muchos usuarios vulnerables, entre ellos nuestros peques, y hay que priorizar sobre ellos.
¿Si localizamos un contenido de este tipo?
Reportadlo a la web o al servicio que esté dando alojamiento a los contenidos extremos. Puede ser que, entre sus términos y condiciones, esté contemplada su retirada en cuanto sean detectados. Pero puede ser que no, tenlo en cuenta.
Si no contemplan su retirada, habrá que intentarlo, esta vez por vía judicial (la retirada sólo puede decretarla un Juez). Aquí conviene matizar, como ya he hecho en otras ocasiones, que sólo se pueden cancelar webs con extensiones “.es” por cuestiones de jurisdicción. Pero la paradoja, como es lógico, es que la mayoría de páginas no tienen dominios españoles (por ejemplo, tipo www.ogrish.co) o no están en España. Tampoco se puede bloquear, técnicamente hablando, el acceso al DNS (Domain Nane Server), es decir, no se puede impedir que se acceda a esa webs desde España. Es cuestión de utilizar mecanismos, como un proxie por ejemplo, para cambiar la dirección IP desde la que navegamos y acceder a cualquier contenido que deseemos.
Por lo tanto, como veis, por el momento la Red tiene sus propias normas y es inevitable que menores, personas más sensibles o vulnerables, tengan que convivir con duras y crudas realidades que, aunque siempre han existido, ahora, con Internet, están al duro alcance de dos clicks.
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