'STAR WARS', CADA VEZ MÁS CERCA
Cristal y líquido, la receta para que los hologramas sean una realidad
Un grupo de investigadores del MIT y de la Universidad de Harvard han desarrollado un sistema que podría acercar aún más los famosos hologramas estilo 'Star Wars': un líquido con partículas de cristal en suspensión multiplica la dispersión de la luz por mil al ser calentado.

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Desde que Obi-Wan Kenobi y compañía le enseñaran al mundo allá por los últimos compases de la década de los años 70 una peculiar forma de comunicarse gracias a imágenes tridimensionales creadas gracias a rayos láser, para muchos se ha convertido casi en una obsesión: poder transmitir mensajes a través de hologramas y emular así lo mostrado en la gran pantalla por 'La guerra de las galaxias' es uno de los grandes retos del hombre.
No han sido pocos los intentos de lograr recrear aquel sistema comunicativo que permitía a R2-D2 proyectar un mensaje grabado por la princesa Leia, aunque sin mucho éxito.
El más reciente de todos fue protagonizado por Microsoft: la compañía ha logrado desarrollar el concepto de ‘holoportación’, aunque no es precisamente igual que en 'Star Wars'. Los de Redmond presentaron hace sólo unos meses una tecnología que, efectivamente, capturaba de manera tridimensional la imagen de una persona para luego reconstruirla en tiempo real. Sin embargo, no se proyecta con rayos láser como en la saga galáctica, sino que aparece a golpe de realidad aumentada gracias a las HoloLens, las gafas de Microsoft.
Ahora, una reciente investigación de científicos del MIT en colaboración con la Universidad de Harvard ha dado con la probable receta de los verdaderos hologramas: un dispositivo lleno de algo de líquido con partículas de vidrio podría ser el secreto para hacer realidad el sistema comunicativo de 'Star Wars'.
Al hacer esa mezcla entre líquido y sólido, los científicos descubrieron un cambio en la difusión de la luz mucho mayor del que se preveía teóricamente, por lo que creen que el modelo desarrollado podría servir para ayudar a hacer realidad aplicaciones complejas, como los ansiados hologramas. No obstante, a día de hoy, esta meta está aún lejos: por ahora, la investigación del MIT podría utilizarse únicamente para calibrar sensores utilizados para el estudio de imágenes médicas, pero en el futuro el descubrimiento podría ser utilizado como mecanismo para la detección de imágenes o incluso para el mundo de la fotografía.
En realidad, la investigación se basa en la refracción de la luz, es decir, el cambio de dirección de la luz al pasar de una sustancia transparente a otra. Esta propiedad lumínica crea la ilusión óptica que hace que parezca que un lápiz se dobla al meterlo en un vaso de agua por el que pasa la luz, y es la misma que han aprovechado los investigadores para crear el germen de lo que podrían ser los hologramas.
"Es difícil encontrar un sólido y un líquido que tengan exactamente el mismo índice de refracción a temperatura ambiente," explica Barmak Heshmat, uno de los investigadores del MIT. Sin embargo, es posible encontrar un punto en el que los índices de refracción de un sólido y un líquido se encuentren al cambiar sus temperaturas.
Efectivamente, los investigadores crearon un dispositivo con un líquido en su interior y partículas de vidrio que, al ser calentado, aumentaba la difusión de la luz. En concreto, un aumento de diez grados multiplicaba la dispersión de la luz por diez, mientras que un cambio de 42 grados la multiplicaba por mil.
Aunque este parezca un insignificante avance, y a pesar de que los hologramas aún tarden algunos años en ser una realidad gracias a la tecnología desarrollada por el MIT, lo cierto es que su descubrimiento supone un avance clave al permitir dirigir la luz en diferentes direcciones al mismo tiempo al calentar esa mezcla de líquido y sólido creada por los investigadores.
Con ello, podría crearse una cuadrícula que contuviera dicha mezcla para que, al ser calentada, se creasen dos imágenes: una que correspondería a un primer plano y que aparecería directamente frente al espectador y otra que generaría la ilusión de profundidad. Un holograma en toda regla que, hasta el momento, sería lo más parecido a ver a la princesa Leia en tres dimensiones ante nosotros.
No obstante, a falta de un robot galáctico que proyecte este tipo de imágenes holográficas, lo más probable es que el descubrimiento del MIT sirva para ocupar el interior de las que podrían ser las futuras pantallas holográficas. De esta forma, las teles del futuro podrían proyectar en mitad de nuestro salón escenas en tres dimensiones.
Otro proyecto en una línea similar
Además, a finales de 2017 los hologramas podrían llegar a nuestros bolsillos. Al menos, esa es la intención de Leia, la compañía que, desde Silicon Valley pretende desarrollar pantallas holográficas para dispositivos móviles.
Todo, gracias a la nanotecnología patentada por la ‘startup’ y consistente en la creación de un campo luminoso sobre una pantalla LCD normal para proyectar imágenes sobre el móvil.
Sea de una forma u otra, lo que parece inevitable es que 'Star Wars' se haga pronto realidad. Al menos, sus hologramas.
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