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SEÑOR DE LA GUERRA

¿Te acuerdas del viral de Kony 2012? Ahora financia su guerrilla traficando con animales amenazados en África

Un informe internacional señala al señor de la guerra Joseph Kony y a su grupo paramilitar por la matanza de grandes mamíferos en una región entre la República Democrática del Congo, la República Centroafricana y Sudán

Joseph Kony

Joseph Kony AFP

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En marzo de 2012 Joseph Kony pasó de ser un señor de la guerra casi desconocido en occidente a ocupar las portadas de medio mundo tras el polémico video viral realizado por la ONG Invisble Children.

Kony, que ya era uno de los hombres más buscados de Uganda, desapareció poco tiempo después en las selvas de Sudán y jamás fue apresado. Hoy, más de cuatro años después, vuelve a saltar a la luz tras la publicación de un informe que relaciona a su grupo con la matanza de cientos de animales, especialmente elefantes.

Según un informe publicado por la agencia TRAFFIC, en una gran área que incorpora a la República Democrática del Congo, la República Centroafricana y Sudán se ha extendido el comercio ilegal de animales salvajes, ya que varios grupos armados financian sus actividades cazando furtivamente y traficando con algunas de las especies más icónicas del continente.

"Esta región es quizás la más remota y subdesarrollada del continente", dice Liz Williamson, una de las autoras del informe. "La falta de gobernabilidad ha convertido a las comunidades locales y a la fauna salvaje en un blanco fácil para la explotación por parte de grupos armados".

Estos grupos incluyen al Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés), un grupo fundamentalista cristiano liderado por Kony, así como a los Yanyauid, una guerrilla paramilitar de Sudán. El informe también señala que el tráfico de fauna salvaje se ha convertido en una importante fuente de ingresos para muchos grupos de milicias y organizaciones terroristas, incluido Boko Haram, en Níger.

El principal objetivo de todos estos grupos son los grandes mamíferos, como el bongo, el búfalo, el elefante y el hipopótamo. Según el informe, el LRA, en particular, ha ejercido una enorme presión sobre las poblaciones de elefantes en la última década, ya que transportan el marfil hacia el norte de la región y lo venden para obtener armas.

En 2015, las organizaciones de vigilancia informaron de que el propio Kony dio instrucciones a su seguidores para que se dirigieran al Parque Nacional de Garamba, situado en la República Democrática del Congo, y consiguieran 100 colmillos de elefante en el transcurso de nueve meses.

EEUU suspendió su búsqueda este año

La búsqueda activa de Joseph Kony, perseguido por la corte penal internacional por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, se suspendió el pasado mes de mayo, cuando Uganda y EEUU pusieron fin a una caza al hombre que duraba ya 6 años y que había resultado infructuosa debido a la falta de recursos.

Uganda retiró entonces las tropas de su base en el este del país y EEUU hizo lo propio con el batallón de 100 miembros de las fuerzas especiales que Obama desplegó en 2011 y que trabajaban como asesores de los ejércitos locales.

Se cree que el LRA tiene poco más de un centenar hombres armados y se ha dividido en pequeñas unidades que operan en las regiones más remotas del este de la República Centroafricana, el noreste del Congo y Darfur.

Aunque muchos de los comandantes de Kony han caído, el líder de grupo se mantiene a salvo y actualmente se cree que está escondido en una zona fronteriza en disputa entre Sudán y Sudán del Sur, aunque el gobierno sudanés lo niega.

Precisamente en esta región se produce la mayor amenaza para la fauna salvaje del centro de Africa, ya que, aprovechando la guerra civil y la consecuente inestabilidad, las milicias realizan incursiones transfronterizas en los parques nacionales para disparar a los elefantes.

El informe se ha realizado gracias al trabajo de campo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) y ha sido el resultado de investigaciones realizadas en 87 aldeas locales con más de 700 personas, incluyendo autoridades, líderes tradicionales y agentes de la ley.

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