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PREJUICIOS RELIGIOSOS

Ser ateo no te hace inmoral: los datos dan la razón a los que no creen

Un estudio muestra que los creyentes creen que los ateos son más inmorales, algo que creen incluso los propios ateos.

El Papa Francisco

El Papa FranciscoEFE

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Decía el compositor Steve Allen que no son las pasiones malignas lo que conduce a ciertos individuos al ateísmo, sino “una escrupulosa honestidad intelectual”. Sin embargo, a día de hoy son mayoría los que siguen pensando que los creyentes tienen un mayor sentido de la moralidad que los ateos. Un prejuicio muy difícil de tumbar.

Así lo ha mostrado un reciente estudio publicado en la revista 'Nature Human Behaviour', que indica que la mayoría de las personas "consideran que las violaciones morales extremas son representativas de los ateos” y, lo que es más sorprendente, “este prejuicio anti-ateo se da incluso entre los participantes ateos”.

Para el estudio, dirigido por el profesor de psicología de la Universidad de Kentucky, Will Gervais, se entrevistó a más de 3.000 personas en 13 países con diferentes religiones, ya fueran de mayoría budista, cristiana, hindú, musulmana o no religiosa. Entre todos los países analizados, como China, India, Países Bajos, Emiratos Árabes Unidos o EEUU, por mencionar algunos, Finlandia fue el único que claramente no mostró un sesgo anti-ateo.

Estos resultados indican que el progresivo aumento del secularismo en los países occidentales no ha conseguido tumbar el prejuicio anti-ateo entre la población. Según aseguran los autores del estudio, “esta continua sospecha moral sobre los ateos sugiere que la poderosa influencia de la religión sobre los juicios morales aún persiste”. En otras palabras: a pesar de que vivimos en un mundo cada vez menos creyente, la gente todavía desconfía de aquellos que no son temerosos de Dios.

¿Es cierto que los ateos son más inmorales?

La especulación acerca de si la moralidad depende de la creencia religiosa tiene una larga historia. El antiguo filósofo chino Mozi aseguraba que la creencia en los espíritus era esencial para la contención moral. En el 'Eutifrón' de Platón, Sócrates discutía si la moralidad puede ser definida correctamente sin no hay una referencia divina. También el escritor ruso Dostoievski se preguntaba si las prohibiciones morales podían ser importantes si no se creía en una deidad.

Sin embargo, la realidad es que diversos estudios han demostrado que los ateos no sólo pueden tener un fuertes valores morales, sino que éstos pueden ser incluso mayores que los creyentes.

En el año 2015 el neurocientífico de la Universidad de Chicago Jean Decety publicó un estudio en el que mostraba que los niños que habían sido educados en familias ateas son más generosos y solidarios que los de familias religiosas. Según concluyó este investigador, sus resultados “revelan que la religión influye negativamente en el altruismo de los niños, desafiando la idea generalizada de que la religiosidad facilita la conducta prosocial”.

Otros estudios también han analizado las motivaciones que llevan a ateos a ser solidarios y estar más implicados socialmente. En uno de ellos los investigadores concluyeron que la solidaridad y la necesidad de crear comunidad por parte de las personas no religiosas está basada en la compasión, mientras que entre los creyentes esta actitud está guiada por otros factores, como el dogma, la identidad de grupo o la reputación.

Otros datos que también pueden servir para desmontar este prejuicio contra los ateos está en los delincuentes en prisión. En EEUU, el país con mayor población carcelaria del mundo, los ateos apenas suponen un 0,1% de los presos, lo cual supone una cantidad extremadamente baja, máxime cuando el porcentaje de ateos en el país norteamericano oscila entre un 3% y 10%, según las encuestas.

Es evidente que este último dato, o el hecho de que los países más laicos sean los más pacíficos, no demuestran que el ateísmo sea una guía moral más fuerte que cualquier creencia religiosa. El motivo es que existen muchos otros factores que pueden explicar estos números, como la condición socioeconómica de los no creyentes. Sin embargo, sí pueden servir para ayudar a desmontar un prejuicio que es, a todas luces, injusto.

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