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A CUENTA DEL 'CASO WEINSTEIN'

¿Existe la adicción al sexo?

El caso Weinstein ha vuelto a poner de actualidad la adicción al sexo. Pero... ¿existe realmente?

El sexo va ligado a tener una relación sana

El sexo va ligado a tener una relación sanaAgencias

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El productor cinematográfico Harvey Weinstein ha sido acusado de agresión sexual por 44 mujeres, y la lista promete seguir creciendo en los próximos días. Casi desde el mismo momento en que el escándalo salió a la luz, la productora a la que pertenecía se encargó de airear que Weinstein no era un violador sino un enfermo. Una víctima de sí mismo. Incluso se anunció que estaba acudiendo a terapia para tratar de superar su supuesta adicción.

No es la primera vez que personas célebres tratan de maquillar sus abusos sexuales y sus infidelidades tras la coartada de la adicción al sexo. Lo hicieron, por ejemplo, Charlie Sheen o Tiger Woods. Pero... ¿existe realmente la adicción al sexo?

Para empezar, debemos saber cómo se determina si algo es o no una enfermedad sexual. El criterio globalmente aceptado es el que dicta el DSM, el 'Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales'. Lo publica la Asociación Americana de Psiquiatría y, desde los años '40, clasifica todas las enfermedades mentales. En su quinta y hasta el momento última edición -el 'DSM 5'- aparece una enfermedad llamada "trastorno de hipersexualidad". De modo que sí, la enfermedad existe. Al menos, en este manual, porque no termina de estar claro.

"Quien define qué es un trastorno psiquiátrico son los propios psiquiatras", dice al respecto Eparquio Delgado, psicólogo sanitario en el Centro Psicológico Rayuela de Tenerife. "Los trastornos se someten a votación y hay presiones de todo tipo. Algunos colectivos, por ejemplo, buscan que ciertos trastornos sean reconocidos para poder ganarse una cierta oficialidad. El último manual, el 'DSM 5' nació muerto desde el momento en que el Instituto de Salud Mental de los Estados Unidos dijo que no financiaría investigaciones basadas en ese manual", explica.

Según el DSM, hay cuatro criterios para determinar si un paciente sufre un "trastorno de hipersexualidad":

1. Presentar fantasías, impulsos o conductas sexuales intensas y recurrentes durante al menos seis meses.

2. Presentar un malestar significativo o un deterioro social o personal notable que tenga como origen esas fantasías, impulsos o conductas sexuales.

3. Que esas fantasías, impulsos o conductas sexuales no sean producto de agentes externos como drogas.

4. Que la persona tenga más de 18 años.

Allen Frances es un reconocido psiquiatra, fundador de dos de las más importantes revistas en su campo. Además, fue el coordinador de la cuarta edición de DSM, el 'DSM-IV', y se ha convertido en el mayor crítico de la posterior edición, la 'DSM-5'. El motivo: Frances ha defendido, en diversas entrevistas y artículos, que el manual carece del rigor necesario. En su opinión, el 'DSM 5' es uno de los responsables de la medicalización de ciertas conductas no patológicas, lo que ha generado un abuso global de los psicofármacos.

Pero, si eso es así, si la desconfianza sobre el 'DSM-5' está tan extendida, ¿por qué tantas celebridades siguen acogiéndose a ese "trastorno de hipersexualidad"?

"Hay que tener en cuenta que los diagnósticos psiquiátricos tienen relevancia en un juicio", dice Delgado. "Si aceptamos que existe un trastorno de hipersexualidad y que este es una adicción, podría considerarse un atenuante para ciertas conductas delictivas. Lo que yo plantearía es que esto en ningún caso sirva como eximente o atenuante de ningún tipo de responsabilidad penal".

Y concluye: "Aunque quisiéramos asumir que existe un trastorno de hipersexualidad, eso no implicaría que quien lo sufra violara a nadie". Lo dijo Emma Thompson: "Weinstein no puede ser descrito como adicto al sexo; es un depredador".

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