Dime en qué postura duermes y te diré cómo eres

Un sueño reparador es algo que todos necesitamos para estar frescos y sanos, pero a la hora de dormir cada persona es un mundo. Los hay que prefieren abrazarse a lo primero que pillan (mejor, claro, si es humano) y los hay que ocupan toda la cama al estirarse. Para gustos, las posturas.

Lo que tal vez no sepas es que tu forma de dormir puede decir mucho acerca de tu personalidad. Por ejemplo, las personas que duermen como un tronco (esto es, boca abajo, con los miembros muy pegados al cuerpo y la espalda completamente rígida) suelen ser extrovertidas y confiadas hasta el punto de resultar algo inocentes.

La cosa cambia un poco si duermes profundamente, pero con los brazos estirados. En ese caso, te gusta rodearte de gente pero eres algo más cauteloso. También puedes ser algo indeciso, pero muy testarudo cuando finalmente tomas una decisión.

Otra postura habitual es la del soldado: rígido pero boca arriba (o lo que es lo mismo, con la espalda pegada al colchón). Las personas que duermen de esta forma suelen ser reservadas y exigentes, tanto consigo mismas como con sus seres queridos. Si levantan los brazos y rodean con ellos la almohada, probablemente sean gente leal que valora la amistad por encima de todo.

Los que duermen justo al revés, boca abajo y con los brazos alrededor de la almohada, suelen ser abiertos y honestos, pero tienen la fea costumbre de decir lo que piensan incluso cuando puede resultar incómodo.

Por último, los que duermen en la típica posición fetal (bien acurrucados) tienden a ser sensibles y algo ansiosos. Les cuesta no estar siempre a la defensiva. Y es que, al fin y al cabo, cada postura es un mundo.