NO ESTÁN CLARAS LAS CAUSAS
La cafeína no tiene la culpa de que corras al baño después del desayuno
Alrededor de un 30% de la población siente la necesidad de acudir al inodoro después de tomar un café. Si la cafeína fuera la culpable, ¿no debería ocurrir lo mismo tras tomar una Coca-Cola?
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La cafeína estimula el cerebro, pero en un gran porcentaje de la población (entre el 30 y 40%), el café también produce otro efecto 'estimulante' que les obliga a visitar el inodoro. Aunque suele acusarse a la sustancia excitante del movimiento intestinal, los culpables son otros compuestos que la acompañan.
El candidato con más papeletas es el ácido clorogénico, que estimula la secreción de ácidos gástricos en el estómago. Gracias a su acción, la comida se digiere y fluye más rápidamente hacia el intestino, obligándole a trabajar a toda máquina.
En 1990 un grupo de investigadores demostró que la bebida afecta al tejido superficial del estómago y del intestino delgado. Además, provoca la secreción de gastrina, una hormona que incrementa los movimientos en el colón (con consecuencias previsibles) y colecistoquinina, que activa las enzimas reguladoras de la defecación.
Aunque el fenómeno lleva estudiándose desde hace décadas, todavía no se conoce con exactitud los compuestos que estimulan la producción hormonal ni causan otros efectos en el intestino: el brebaje contiene más de un millar de sustancias diferentes.
En un principio se pensaba que la cafeína desencadenaba todo el proceso, pero en el estudio mencionado anteriormente muchos individuos mostraban los signos tras ingerir la bebida descafeinada. Además, los refrescos que contienen el excitante no causan el mismo efecto.
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