Adiós a la playa y a los microbios infecciosos de la arena

Además de bañistas, las playas están llenas de microorganismos que habitan entre los granos de arena. Se trata de zonas húmedas y ricas en sustrato orgánico del que pueden alimentarse estos pequeños moradores. Algunas de las bacterias, virus, hongos y nematodos que viven en la costa pueden causar enfermedades.

Por eso, la Organización Mundial de la Salud recomienda desde 2003 realizar estudios epidemiológicos en estas áreas concurridas para controlar las poblaciones de los microbios perjudiciales. Sin embargo, ningún país ha seguido sus consejos.

Recientemente, un equipo internacional de científicos ha recopilado en un artículo los resultados de varios trabajos anteriores en la materia, incluyendo datos recogidos en playas de Reino Unido, Portugal y Estados Unidos.

Basándose además en las conclusiones alcanzadas en la conferencia ‘Tendencias en Microbología Ambiental y Salud Pública’, celebrada en Lisboa el año pasado, los expertos han elaborado una nueva lista de recomendaciones.

Entre otros puntos, señalan la necesidad de identificar los agentes causantes de las enfermedades y diseñar métodos e indicadores para estimar el riesgo que representan los patógenos en la arena. Míralo por el lado bueno: has abandonado la playa, pero también te has librado de sus bacterias.