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CURIOSIDADES DE LA ASTRONOMÍA

¿Podríamos apagar el Sol con un cubo de agua del mismo tamaño?

La respuesta es negativa, pero no porque sea imposible conseguir un cubo de semejantes dimensiones (que también). Aunque existiera, el astro sería capaz de incorporar todo el agua como combustible. Solo conseguiríamos aumentar su temperatura y brillo (y acabar fritos).

¿Podría un cubo de agua apagar el sol?

¿Podría un cubo de agua apagar el sol? Dave Haygarth en Flickr CC

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Imagina que pudiéramos llevar hasta el Sol un cubo de agua de enormes dimensiones y verter todo su contenido sobre la estrella ¿La apagaríamos? ¿Debería haber usado el señor Burns este método en aquel capítulo de 'Los Simpson' en el que optó por ocultarlo?

Vamos paso a paso. Tras derramarlo, el líquido precipitaría rápidamente hacia el astro debido a la enorme fuerza de gravedad que ejerce -supera en 30 veces a la de la Tierra-. La energía producida durante la caída calentaría el agua hasta una temperatura cercana a la del núcleo solar: unos 15 millones de grados centígrados (casi nada).

Al llegar a la corona, o capa más externa, el agua se convertiría en vapor y plasma solar. La composición de la estrella es mayoritariamente hidrógeno (el 73,5%) y helio (25,5%), con lo que sus llamas no se parecen en nada a las de una chimenea.

Sol

En el Sol se producen continuamente reacciones termonucleares de fusión: cuatro núcleos de hidrógeno se unen para formar uno de helio. Las condiciones para que esto ocurra son tan propicias que cada segundo millones de toneladas de átomos de hidrógeno se transforman en helio, liberándose ingentes cantidades de energía.

Por tanto, al añadirle un volumen de agua igual al suyo, solo estaríamos aumentando su combustible, además de modificar las proporciones de otros elementos que cambiarían el tipo de reacción química a una aún más potente: un ciclo de fusión carbono-nitrógeno-oxígeno (CNO). El astro no solo no se extinguiría, sino que se calentaría y brillaría hasta seis veces más.

La estrella acabaría convirtiéndose en una enorme bola de fuego con un radio aumentado 1,3 veces, una luminosidad multiplicada por seis y una temperatura muy superior a la actual (su superficie pasaría de los 5.527°C actuales a unos 6.900°C).

El color también se vería alterado debido al tipo de emisiones mayoritarias: al incrementarse las del rango ultravioleta, el Sol tomaría un tono más bien azulado.

Ahora llegan las malas noticias. En la Tierra no soportaríamos unas temperaturas seis veces superiores a las actuales. El agua de los océanos herviría y los seres vivos acabarían fritos (literalmente). Así que casi mejor dejarlo estar...

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