Tras el escándalo de las tarjetas de Caja Madrid, las cabezas han rodado. Cayo Lara sube al escenario. Participa en una escuela de su partido sobre alternativas políticas. Pero tiene la cabeza en otro sitio. En los cuatro representantes de su partido en Caja Madrid, los que gastaron más de 800.000 euros con las tarjetas black. Ninguno de los que usaron las tarjetas milita hoy en Izquierda Unida.

Todos se habían marchado. Incluido José Antonio Moral Santín. Es el representante político que más gastó: casi medio millón de euros.

A eso se dedica normalmente en el PSOE, pero estos días han cambiado sus funciones. Ha investigado a los diez militantes socialistas que usaron las tarjetas black. Y ha recomendado la expulsión provisional de todos. Entre ellos, la de todo un ministro de Felipe González, Virgilio Zapatero.

En la lista de expulsados también está un antiguo asesor de Rubalcaba. De Ignacio Varela apenas existen imágenes, pero sí una carta enviada al partido en la que reconoce gastos "de naturaleza privada” con la tarjeta, pero también en "actividades del partido" "con pleno conocimiento y consentimiento de sus dirigentes".

Asegura que usó una parte de los 35.722 euros de su tarjeta en gastos relacionados con el PSOE. Y además, que los socialistas lo sabían.

Hubo un día en que Rodrigo Rato fue el orgullo del PP. El vicepresidente que pudo haber gobernado, el autor del milagro español.

El hombre que dirigió en el FMI, el fichaje para crear la caja de todas las cajas. Rodrigo Rato está hoy a punto de ser expulsado del partido en el que ha militado toda su vida. La decisión final depende precisamente de uno de sus compañeros de toda la vida en el partido.

Ahora mismo, Rodrigo Rato es para el PP, como Miguel Ángel Araujo.