En 1982, el mundo empezaba a soñar con coches capaces hasta de volar, pero la realidad de nuestros vehículos no era tan fantástica. Mucho menos, en la frontera con Francia. Allí, si eras transportista español la carga no era lo único que tenías crudo.

José María Arnedo, camionero, explica a laSexta Columna las dificultades que tenían pese a ser "la despensa de Europa. "Un día estaba en frontera, en Junquera, y estábamos ya como dos o tres días esperando a que dejaran pasar los franceses. Al tercer día, un camión de naranjas y otro más acordamos Salieron ellos delante, yo detrás, y cuando pasé pude ver las llamas de los camiones, di la vuelta y me bajé. Me salvé de la quema. Si hubiera pasado me quemaban el camión", recuerda.

En 1982, esto se conoció como 'la guerra de la lechuga'. Los franceses tiraban nuestros productos y el Gobierno galo intentaba tirar nuestras esperanzas de entrar en la Comunidad Económica Europea.