Sergio es hijo de Laurie Cunningham, uno de los primeros jugadores negros de la liga inglesa a finales de los 70. "Mi padre fue el primer jugador negro en representar la selección inglesa con lo que conllevaba ello", afirma en el vídeo sobre estas líneas a laSexta Columna, donde explica que le amenazaron de muerte. "Le mandaron una carta con una bala dentro que decía que en el caso de que se volviera a vestir la camiseta inglesa le iban a matar", recuerda Sergio, que asegura que, a parte de esa carta, lanzaron "cócteles molotov a su casa e intentaron también cortar los frenos del coche".

En 1979, el padre de Sergio fue el fichaje estrella del Real Madrid, pero cuando llegó a España, ya había sufrido episodios graves de racismo en Inglaterra: "Le tiraban bananas, le llegaban a tirar cuchillos", afirma el hijo de Cunningham, que cuenta que, cuando su padre jugó contra uno de los equipos más racistas que hay en el Reino Unido, "durante todo el partido lo llamaron negro de mierda, mono". "Al final del partido mi padre se cabreó, se fue a la grada. Los aficionados empezaron a saltar al campo, fueron a por él, la trifulca llegó a la calle, se lio una una buena y al final la prensa y la policía le echaron la culpa a mi padre por provocar", comenta. 

Como estrella del Real Madrid en España, el padre de Sergio también sufrió episodios racistas, aunque no tan graves: "La sociedad española cuando vino mi padre la verdad que le trató bastante bien, tuvo capítulos racistas, pero no tan brutal como en el Reino Unido", afirma. Laurie Cunningham murió trágicamente cuando Sergio tenía solo un año. Ahora en el Reino Unido donde sufrió los episodios racistas se le rinde tributo con una estatua. Sergio, que creció en España, también admite haber sufrido racismo. "Cuando jugaba los insultos que solía escuchar eran 'negro de mierda', 'igual de malo que tu padre', 'mono', 'vuelve a la selva', Europa blanca no es tu tierra'", recuerda.