Salvados se sumerge en el lado más oscuro de las redes sociales. Allí, miles de personas se enfrentan cada día a imágenes muy duras: son los moderadores de contenido, trabajadores que se sacrifican cada día para que los usuarios no tengamos que ver lo más violento y extremo del ser humano en nuestras pantallas. Parte y a la vez víctimas de un sistema perverso, una cláusula común a todos los contratos les prohíbe contar nada de lo que ocurre en sus oficinas, pero a pesar de ello algunas de estas personas quieren hablar.
Es el caso de 'Vanessa' y 'Carmen', nombres ficticios de las protagonistas de este reportaje. Ambas trabajan para Telus International, una empresa canadiense subcontratada por Meta, la compañía propietaria de Facebook e Instagram, para moderar sus contenidos. Salvados ha omitido sus rostros y voces reales para proteger su identidad y poder conocer de primera mano las consecuencias que ha tenido en sus vidas ver durante horas y horas los peores horrores que circulan online. Una realidad que quieren que salga a la luz.
A la hora de concertar la entrevista con Gonzo, 'Vanessa' advierte de la importancia de preservar su anonimato durante la entrevista. "No se puede mostrar mi cara, no se me puede reconocer", incide la moderadora.
Posteriormente, ya durante conversación ante las cámaras, explica que son muchas las personas que, como ella, se han visto "afectadas con el tema de la salud, sobre todo salud mental". "Veo muy necesario que la gente sepa lo que pasa ahí dentro", asevera. El motivo de ocultar su cara y su voz, explica, es el siguiente: "He firmado una cláusula de confidencialidad con la empresa".
"Ellos trabajan mucho con el tema del secretismo", señala por su parte 'Carmen', trabajadora de la misma compañía canadiense, durante la entrevista con Gonzo. "Pero nuestro cliente final es Meta: Instagram y Facebook", aclara.
Valencia, día uno
El presidente de la Diputación de Valencia admite "varias llamadas" a Mazón la tarde de la DANA, pero no puede mostrarlas
Vicent Mompó relata en Salvados cómo fueron las primeras horas en el CECOPI el día de la trágica DANA en la que asegura se sucedieron llamadas con Mazón que ya no están en su registro por organización.