Su última "revolución" tiene su punto de mira donde siempre, en Estados Unidos, pero también en Europa, y especialmente en España, por lo sucedido con su "compatriota" latinoamericano Evo Morales. Maduro ha rebautizado a nuestro presidente como "el abusador".

"Cuando el presidente Rajoy venga a sobrevolar nuestro espacio aéreo nosotros podríamos bajarlo y revisarle el avión para ver si lleva droga o el dinero que le ha robado al pueblo español", dice Maduro.

Puños en alto en señal de revancha. Un presidente de la escuela de Castro, Chávez y compañía al que no le importa incendiar la política internacional. Y esta vez lo ha hecho en la reunión de emergencia de UNASUR, rodeado de indignados líderes sudamericanos.

Otra que no se corta es la presidenta argentina. Cristina Fernández Kirchner comparaba el episodio del cierre aeroportuario a Morales con épocas pasadas y oscuras. Consideran que el incidente es una muestra de Europa hacia su archienemigo y ponen ejemplos que dan mucho miedo, llegando a mencionar como en el caso de Rafael Correa la guerra.

Aseguran que la CIA pretende instaurar el terrorismo político para coartar el derecho al asilo, y por eso, dicen, no les temblará el pulso si tienen que cerrar embajadas.

Y, cambio horario incluido, España no ha tardado en responder. Pacificar, pacificar no sería la palabra. Más bien, Soraya Sáenz de Santamaría ha respondido con una acusación de "incongruencia".

Y, tal y como está el panorama, no podía ser en otro sitio que "Al Rojo Vivo" donde el ministro de Exteriores ha dicho que, de bajar la cabeza, ni hablar. Margallo era claro: "España no tiene que pedir disculpas".

Y lo argumenta. Dice que el gobierno español fue el único que se prestó a ayudar a Bolivia cuando Francia, Portugal e Italia se negaron.

Una especie de "rebota y explota" que ya veremos cómo sienta a nuestros vecinos europeos. Acusar a España de querer registrar el avión presidencial en Austria, dice, no tiene ni pies ni cabeza. "Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible", explica Margallo.

Y, con su peculiar forma de apaciguar, dice que los ataques de los líderes americanos nacen de la ignorancia: "reo que esas declaraciones vienen de la falta de información".

Bueno, al fin y al cabo, la misma falta de información que tuvimos en Europa cuando creímos el rumor de que Edward Snowden, el chivato del espionaje masivo de Estados Unidos, iba en el avión de Morales.

Y, por último, una declaración que cierra el círculo, que seguro que aprovechan los líderes latinoamericanos. O mejor, una no-declaración, sobre el contacto o no con Estados Unidos en esta estrambótica crisis. "Eso está en el secreto del sumario", comenta Margallo.

Habrá que estar muy atentos a las próximas intervenciones al otro lado del charco. Porque parece que Rajoy, por ahora, no tiene intención de responder a este tipo de acusaciones.