La Fiscalía ha acusado de asesinato, de forma provisional, al menor que, presuntamente, arrojó a su bebé recién nacido al río Besòs, en la localidad barcelonesa de Sant Adrià del Besòs. Además, el juez ya ha dictado para él seis meses de internamiento cerrado.

La abogada y criminóloga Beatriz de Vicente ha explicado en Más Vale Tarde cuáles podrían ser las consecuencias penales para los padres del bebé desaparecido, ambos menores de edad.

Si el menor hubiera estado vivo en el momento en el que fue arrojado al río, "estaríamos hablando de un homicidio alevoso", ha explicado la criminóloga. Por el contrario, ni siquiera hablaríamos de un tipo penal si se demuestra que el pequeño nació muerto o murió nada más nacer.

"Es muy importante encontrar el cuerpo, aunque es una labor compleja", ha avanzado la abogada. Y es que, el hallazgo podría determinar si el recién nacido murió en el parto o minutos después; o, en su caso, si hubo intervención de terceros.

Las consecuencias son radicalmente diferentes. Mientras que en el segundo caso se hablaría de asesinato, la inhumación ilegal, es decir, deshacerse de un cuerpo sin haber participado en su muerte, no es un delito hoy en día, sino una sanción administrativa.

También el hecho de que se trate de dos menores diferencia su caso. "Hay dos mitades punitivas. Los 14-15 años, que tendrías una respuesta minorada, se podrían enfrentar en los casos más graves a cinco años de régimen cerrado y tres de libertad vigilada en el caso más grave que es asesinato", ha explicado la criminóloga.

En el caso de los menores de Sant Adrià del Besòs, de 16 años, podrían enfrentarse a ocho años de régimen cerrado y cinco de libertad vigilada. "Pudiera ocurrir que al llegar a los 18 siguieran la condena en el régimen penitenciario normal", ha proseguido la abogada.

La madre del pequeño fue avistada por varios testigos, por lo que eso podría hacerle partícipe, tal y como ha explicado Beatriz de Vicente: "Ella ha debido pasar a disposición del juez para ver qué pide Fiscalía".

"Hay muchos datos que nos faltan, es una historia especialmente triste", ha lamentado la abogada, que ha asegurado que "estos jóvenes se han encontrado en una situación muy límite". Y es que, tal y como ha explicado, "la neurociencia demuestra que las estructuras cerebrales donde reside la moral, la ética, los valores, no están desarrollados con 13, 14, 15 y 16 años".

"Desde una perspectiva clínica, los manuales de diagnóstico internacional no hablan de trastorno de la personalidad por debajo de los 16 años, no hay personalidad", ha apuntado de Vicente, que ha señalado que "con la edad de un adulto no se puede medir lo que están haciendo dos chicos que no miden con los mismos parámetros éticos". Por eso, las consecuencias para ellos no son respuestas punitivas, sino rehabilitadoras.