La indignación de los padres de los alumnos que sufrieron vejaciones por parte de un grupo de profesores no ha llegado a su fin. Las dos personas que filtraron esas conversaciones de Whatsapp han sido detenidas por la Guardia Civil, mientras que los propios docentes siguen dando clase en el colegio Tomé y Orgaz.

Los 'filtradores' se enfrentan a un delito de revelación de secretos, que puede desembocar en entre uno y cuatro años de prisión. Los padres de los alumnos apuntan a uno de los propios profesores del centro, que ya no da clase allí.

Más vale tarde pudo hablar con el docente, que aseguró que "no tiene ninguna notificación de estar detenido". Sin embargo, ni confirmó ni desmintió que la Guardia Civil fuese a interrogarle acerca de los implicados en las conversaciones, afirmando que "es una opinión personal".