Expediente Marlasca ha tenido acceso en exclusiva a la declaración de Salvador Rodrigo, considerado el autor material del asesinato del marido de María Jesús Navarro, más conocida como Maje, en Patraix, Valencia.
El 16 de agosto de 2017, Antonio navarro murió asesinado a cuchilladas en el garaje de su casa. Hubo que esperar cinco meses para que se detuviera a dos personas relacionadas con su muerte: María Jesús Navarro, su propia mujer, y Salvador Rodrigo, uno de los cuatro amantes de la joven.
Después de varios meses en prisión, Salva ha decidido que es el momento de contar la verdad en una declaración voluntaria y ampliatoria.Ahora, su versión involucra directamente a Maje, mientras que hasta entonces él se había situado como el único autor de los hechos, intelectual y materialmente.
"En la anterior declaración yo dije que fue cosa mía, pero fue cosa de los dos": es el momento en el que Salva implica a Maje en el asesinato de su marido, Antonio Navarro, un ingeniero de 36 años.
Lo mismo que dijo diez meses antes, cuando fue detenido por la Policía, pero sin embargo lo negó en su primera declaración ante el juez. En esta segunda a la que ha tenido acceso laSexta en exclusiva rectifica: "Le dije que haría cualquier cosa por ella... incluso eso".
Se refiere a asesinar a Antonio, que llevaba casi un año casado con Maje. La propuesta surgió una tarde de verano y la llevaron a cabo el 16 de agosto de 2017. Según Maje, Antonio la maltrataba psicológicamente. Entonces, comenzó a urdirse el plan.
"Y en otra conversaciones pues hablamos de la forma, de cómo sería y ella me dijo que ella pensaba que la mejor forma sería en el garaje. Me dijo la matrícula del coche, la plaza y dónde lo aparcaba e incluso me diría si lo aparcaba dentro o no", reconoce.
Meticulosa, Maje se habría encargado de los detalles: el día del crimen ella trabajaría y Antonio, su víctima, aparcaría el coche en el garaje. El arma sería un cuchillo, Salva se lo clavaría. Y la mujer de él, ya que estaba casado y tenía una hija, tampoco tendría que estar en casa para que no le hiciera preguntas cuando se marchara temprano.
El asesinato iba a ser de madrugada, cuando Antonio Navarro se marchara al trabajo. Durante dos meses, la pareja aprovechó cualquier momento juntos para perfeccionar su idea, incluso las guardias nocturnas que compartían en el hospital donde se conocieron y donde ella era enfermera y él auxiliar.
"Siempre hablábamos que se acercaba el día, que aguantara [...] me dijo que era una posibilidad de poder estar juntos ella y yo a pesar de que yo seguía casado", ha afirmado. Y es que eso era lo que él recibiría a cambio del crimen: el poder estar con Maje.
Y así, durante una hora de declaración, Salva confiesa, llora y repasa lo que hizo el día del asesinato: la víctima no se defendió porque, según afirma, "fue rápido".
Al terminar cambio su estado de WhatsApp: así fue como Maje supo que su marido estaba muerto, ya que también habían creado su propio código para evitar que los investigadores les cazaran.
La Policía tardó cinco meses en detenerles y ante el juez Salva se mostró colaborador. Por aquel entonces afirmó que tenía copias de todas sus conversaciones.
Según él, el centro pastoral de la prisión le llevó a contar la verdad. Aunque no le habían hecho olvidar a Maje ya que, a pesar de mostrarse arrepentido del crimen, han seguido en contacto.
Ahora, los amantes volverán a verse las caras en el banquillo. En dos días tendrán que dar muchas explicaciones, incluso sobre las cartas de amor que han seguido enviándose desde prisión.
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