El extraordinario Leonard Cohen, inmortalizado por su música atemporal, también fue testigo de la cruda realidad de la guerra del Yom Kipur en octubre de 1973. Acompañando a las tropas israelíes cerca del canal de Suez, se encontró en una encrucijada emocional al descubrir que los heridos que veía no eran solo judíos, sino también egipcios. Sus cuadernos, revelados en el libro 'Who by Fire', capturan el dilema moral y la transformación artística que experimentó.

En medio de la contienda, Cohen compuso clásicos como 'Lover Lover Lover' en una base militar israelí. Sin embargo, su conexión con la guerra se reflejó en la modificación de letras y en la ambigüedad de sus composiciones. En conciertos para jóvenes soldados, cuyas vidas podían cambiar en un instante, Cohen buscó ofrecer consuelo musical en un contexto marcado por el horror y la pérdida.

A pesar de su vínculo inicial con Israel, las relaciones entre Cohen y el país se volvieron complejas con el tiempo. En 1982, la invasión libanesa marcó un cambio en la percepción de Israel, distanciándolo de los ideales de Cohen.

El viaje del cantautor en plena guerra del Yom Kipur dejó una huella imborrable, transformando su música y sensibilidad. En la encrucijada de la guerra, Cohen encontró una razón para regresar a los escenarios y cuidar su "pequeño jardín" en medio de la incertidumbre.