Iñigo Urkullu deja Euskadi con más empleo del que había en la comunidad cuando ganó las elecciones, en octubre de 2012. Son sólo 11.000 puestos de trabajo y están lejos del nivel previo a la crisis, pero le han permitido llegar al final de la legislatura con más de 900.000 ocupados en la comunidad. El paro también se ha reducido, en 44.000 personas, y su tasa de desempleo, del 12,5% en el segundo trimestre del año, es la más baja de España.

El balance económico arroja, por el contrario, un saldo negativo en cuanto a la renta vasca. Aunque sigue estando más de 7.000 euros por encima de la media nacional, se ha reducido en 838 euros en la última legislatura.

El resultado es dispar en cuanto a la evolución de las cuentas públicas. Euskadi fue una de las tres comunidades que cerró el año 2015 con un déficit inferior al exigido por Hacienda (0,69% del PIB frente al tope del 0,7%), pero ha visto aumentar su deuda en 3.292 millones desde que Urkullu es lehendakari. Termina su mandato con una deuda del 15,6% del PIB, nueve puntos inferior a la media nacional.

EDUCACIÓN, SANIDAD Y ENVEJECIMIENTO

Esta subida de la deuda ha hecho que buena parte del incremento presupuestario se dedique a pagar intereses en detrimento de otras partidas. Mientras que el gasto no financiero global ha aumentado un 12% con Urkullu al mando, el presupuesto de sanidad ha crecido un 5% y el de educación, un 7,5%.

Con este incremento presupuestario, la educación vasca ha tenido que afrontar un crecimiento de 17.000 alumnos en las Enseñanzas de Régimen General. Este curso cuenta con más de 370.000 estudiantes, de los que el 49% están matriculados en un centro privado o concertado. Además, la educación vasca, tanto pública como privada, ha visto cómo se incrementan el número de alumnos por unidad, pasando de 21 a 21,4 alumnos por aula de Primaria de media.

Además, la comunidad ha perdido 3.836 habitantes bajo el mandato de Urkullu y, con 44,8 años de media, es una de las autonomías más envejecidas de España. Las perspectivas de la Comisión Europea en este sentido apuntan a que, desde ahora hasta el año 2080, Euskadi perderá el 10% de su población.