En su primer día como 'el jefe infiltrado', Manuel se adentra en uno de sus locales para conocer a Mari, la encargada de la franquicia. Nada más comenzar, 'el jefe' ya ve algo que no le gusta nada, y es que Mari no lleva delantal. "Lo odio", reconoce la mujer sin saber que el nuevo empleado es, en realidad, su jefe. "No se pone el mandil porque no le sale de las narices", afirma indignado 'el jefe' a cámara.

Pero la cosa no acaba ahí. Cuando Mari le enseña el local por dentro, 'el jefe' queda alucinado con algo que ve en la pared. Y es que junto a una pizarra con las recomendaciones del día, Mari tiene puesto dos papeles de rifas. Y no solo eso, también un satisfyer, el producto que se sortea. "Es un succionador", explica Mari a 'el jefe', que no da crédito de la situación: "Esto qué es, ¿un sexshop?".

"También hemos rifado gambas y langostinos", reconoce la encargada a 'el jefe'. Puedes ver el momento al completo en el vídeo principal de esta noticia.