La atracción promete tal realismo que los usuarios incluso pueden escribir sus últimas palabras 'antes de morir' y estas podrán ser guardadas o destruidas, según lo decida el propio usuario.

El cliente se acuesta en un ataúd colocado en una morgue falsa y a continuación es introducido en un 'horno'. Las sensaciones se consiguen mediante aire caliente y una luz que simula el fuego. La experiencia finaliza con un renacimiento, una vuelta a la vida a través de un túnel blanco.

No se trata de una atracción lúdica y es que según el propio creador de este crematorio virtual su objetivo es conseguir que la gente pierda el miedo a morir y puedan hacer frente al trance, tanto cuando se trate de sus familiares como de ellos mismos. Los que ya lo han probado aseguran que una vez que atraviesan el túnel uno cambia su forma de pensar y de ver la vida.