Cada tarde, cuando Andrea y Alex vuelven del cole, sus padres temen decirles que su casa será derribada. Luis la construyó el mismo en su finca. Sabía que lo hacía en suelo rústico, sin permiso, pero era la única forma de tener una vivienda barata. Luis lleva cinco años en el paro; Bea tampoco encuentra empleo. La familia subsiste con una ayuda de 116 euros.
A Beatriz y Luis les han ofrecido un piso social en la ciudad, pero creen que irse a vivir allí empeoraría su situación económica. En su actual vivienda tienen huerto y animales. "Esto es lo que nos da de comer", explica Luis.
Ante la propuesta, Stop Desahucios ha pedido a la Xunta de Galicia que valore la situación de cada uno. En el caso de Luis y Beatriz, es extrema. Gracias al Banco de Alimentos y sus animales, su familia no pasa hambre, pero no tiene para más. La Xunta, de momento, no se pronuncia, y en el Ayuntamiento de Lugo estudian si la casa se podría legalizar vinculándola a la explotación ganadera.