Comenzó como una fiesta de cumpleaños más. La influencer rusa Ekaterina Didenko celebró sus 29 años con un grupo de amigos. Para impresionar a sus invitados, la joven vertió 25 kilos de dióxido de carbono congelado en la piscina para crear un efecto humo.
El hielo seco provocó una cantidad ingente de dióxido de carbono que no solo asfixió sino que también quemó a los invitados que se habían sumergido en el agua. Ekaterina lo retransmitió todo sin ser consciente de la gravedad de lo que estaba ocurriendo ante sus ojos.
Así, la celebración se trasladó a la sala de urgencias donde ella, lejos de parar, siguió contando toda la tragedia al detalle. "Mi hija está preguntado por su padre", decía la instagramer en sus redes sociales.
Finalmente, su marido y dos de sus amigos murieron en la fiesta de cumpleaños. Ha sido ella misma quien lo ha relatado entre lágrimas en sus redes: "Ayer no lloré, pero hoy he explotado. Pensé que no era cierto, que era una pesadilla".
Ahora las autoridades rusas investigan un suceso que se ha narrado en redes con demasiados detalles y ningún conocimiento.
Primera declaración ante el juez
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El contexto Decenas de menores han recibido palizas por parte de jóvenes violentos de su misma edad que les obligan a ponerse de rodillas y recibir todo tipo de humillaciones.