Largas colas en las taquillas de la plaza de toros de Valencia para asistir al concurso de recortadores y es que el toro Ratón era el cabeza de cartel del espectáculo, con un nombre con tirón y una garantía para atraer miles de aficionados a las plazas.

Las imágenes que le dieron a Ratón la fama mediática, con arranques rápidos, quiebros inesperados y, según dicen, una gran inteligencia y, además, el hecho de que matara a dos personas.

Pero eso ya forma parte de un lejano pasado, porque Ratón ya apenas embiste, solo espera y tropieza cuando le hacen un par de quiebros.

Los recortadores hacen lo que sea para intentar cubrir la falta de espectáculo, pero no es suficiente y el público pide su jubilación. Por eso, mucha gente abandonó la plaza antes de que terminase el show de Ratón.