El forense que ha examinado al torero José Ortega Cano en la prisión de Zaragoza, donde cumple una condena de dos años y medio por provocar un accidente de tráfico mortal, ha determinado que sus problemas de salud pueden ser tratados por los servicios médicos penitenciarios y no necesita ser excarcelado.
El abogado del torero había pedido un examen forense para determinar si su condena podía quedar en suspenso por padecer una "enfermedad muy grave o padecimientos incurables", según prevé el Código Penal. Fuentes penitenciarias han informado de que el forense ha determinado que los problemas cardiacos de Ortega Cano no le impiden cumplir la pena de cárcel, pues los servicios médicos penitenciarios están preparados para tratarlo y la vida en prisión no aumenta el riesgo de que se agraven sus patologías.
La defensa de Ortega Cano alegó la arritmia cardiaca que padece y el bloqueo de una arteria, con el consiguiente riesgo de sufrir la llamada muerte súbita, pero el forense entiende que ese peligro existe tanto en la cárcel como si llevase una vida en libertad.