El avión de Aerolíneas Argentinas se cruza en la pista cuando otro Boing de Utair se dispone a aterrizar. Al mando del avión ruso estaba el piloto Nikolai Limarev. Su destreza fue clave para evitar un accidente.

Relataba el suceso así: “Nos disponíamos a aterrizar a una velocidad de 280 km/h cuando vimos a nuestra izquierda al A-340. Entendimos que no se iba a parar, que continuaba avanzando y tomamos la decisión de volver a ascender sin esperar instrucciones del controlador, que permaneció en silencio”.

Para el copiloto del avión ruso, que también sufrió la maniobra de infarto, esos segundos de silencio fueron el motivo que provocó el desconcierto en la pista. Así lo explica en declaraciones a un diario siberiano: "El controlador de tráfico aéreo claramente se confundió. Se quedó en silencio, así que no pudimos hacer otra cosa que realizar una segunda vuelta"

Una imagen que ha dado la vuelta al mundo. El Daily Mail, The Independent o la BBC mostraban el instante en sus páginas web. Mientras, Navegación Aérea busca responsables. Aena está analizando radares, órdenes y cámaras... queda por saber quién se equivocó.