Amelia vive en un lugar en el que por pasear sola por las calles, los hombres creen tener derecho a violarte y si te resistes te matan. Dice que le da miedo salir por las noches porque "se escuchan disparos por todos lados" y asegura que lo peor es saber que los delincuentes son jóvenes.

Tiene solo 15 años y desde hace 5 anima a sus amigas a que denuncien estos abusos. Tan pequeña, tan vulnerable y tan fuerte. "Las mujeres tenemos derecho a decidir por nosotras mismas si queremos o no queremos tener una vida sexual activa", porque dice Amelia, ella decide sobre su cuerpo.

En Bangladesh los matrimonios forzosos son ilegales, pero se celebran en secreto, porque cuando una joven se vuelve 'apetecible' apenas está en secundaria. Para los padres la única manera de quitarse el problema de encima es casándolas.

En el mundo hay 140 millones de niñas y mujeres que han sufrido la mutilación genital. Sohaila lleva años luchando contra esto en Egipto, sabe que ser niña en su país las convierte en seres invisibles, no cuentan, no existen y por lo tanto no pueden acceder a la ayuda sanitaria. Dice que muchas de sus amigas han muerto desangradas, a ellas no las llevan al hospital porque, dice, los padres "invierten todos los ahorros en los chicos".

A pesar de todo, ellas han llegado hasta aquí intactas, heroínas anónimas. Un granito de arena, luchando por los derechos de las niñas, en un mundo todavía de hombres.