Tras los meses en los que el país entero estuvo confinado en sus hogares, la tan ansiada salida al exterior se dio con importantes restricciones para intentar evitar, de nuevo, los contagios: distanciamiento social, evitar contacto y multitudes, reunirse en grupos pequeños… Debido a esto, muchas personas se replantearon algunos hábitos, como la forma en que se desplazan en su día a día.

El transporte público se ha convertido en un posible riesgo de contagio por la cantidad de gente que reúne y las aglomeraciones. A pesar del esfuerzo de los ayuntamientos por aumentar la frecuencia de autobuses, trenes, tranvía… mantener el distanciamiento entre los pasajeros, en las horas punta del día, puede resultar una tarea complicada.

Por ejemplo, el Gremio de Comerciantes de Bicicletas de Catalunya ha recogido un incremento del 30% desde el final del confinamiento. Mientras que los talleres, por su parte, aseguran que les llegan el triple de bicicletas para reparar.

Muchas personas han querido dar una oportunidad a la bicicleta, un medio de transporte seguro, sano y respetuoso con el medio ambiente. A pesar de que en España no está tan extendido como en otros países europeos, cada vez más gente se ve seducida por esta forma de moverse.

Lo recomienda la OMS

La recomendación va más allá del hecho de ser ejercicio físico y repercutir positivamente en la salud. La Organización Mundial de la Salud ha aconsejado de forma específica el uso de la bicicleta (además de caminar) en los desplazamientos diarios en estos tiempos de pandemia. Las largas estancias en casa o el teletrabajo hacen que sea difícil desarrollar actividades físicas a diario, con los consiguientes riesgos para la salud que conlleva. Por ello, promover el uso de la bicicleta supone importantes beneficios.

"Siempre que sea posible, considere andar en bicicleta o caminar: esto proporciona distancia física mientras ayuda a cumplir con el requisito mínimo para la actividad física diaria, que puede ser más difícil debido al aumento del homeoffice [teletrabajo] y el acceso limitado al deporte y otras actividades recreativas", informó la OMS.

La bici: económica y respetuosa con el medio ambiente

Además de lo saludable que resulta el ejercicio físico, también mejora notablemente la calidad del aire que se respira. Cuando una persona cambia su vehículo privado por la bicicleta, reduce considerablemente su huella ecológica y deja de emitir gases tóxicos al aire que compartimos. Un aire menos contaminado y un ambiente menos ruidoso han demostrado ser beneficiosos para la salud. Evitando enfermedades respiratorias y trastornos del sueño.

Y los beneficios no terminan ahí. Desplazarse en bicicleta supone un importante ahorro a final de mes. Combustible, seguro, mantenimiento, aparcamiento… son gastos que desaparecen o se reducen considerablemente, como es el caso de la partida destinada a mantenimiento. Así, pedalear se traduce en ahorro personal y respeto por el medio ambiente.

Una tendencia al alza

Durante el 2019, se vendieron 1.261.283 bicicletas en España, un aumento del 20,41% respecto al año anterior. Son las infantiles y las eléctricas las que mayor crecimiento han experimentado, con un 45,3% y un 28,3%, respectivamente. Estos datos han sido publicados en el estudio "El sector de la bicicleta en cifras 2019", de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE).

Sin embargo, estas cifras aún no recogen el auge de las ventas que se han vivido en nuestro país durante los últimos meses, según los propios fabricantes y vendedores del sector. Habrá que esperar a la publicación del próximo informe para confirmar que la tendencia sigue al alza.

Tras el aumento del uso y ventas provocados por la pandemia, ahora la incógnita es saber cuántos de estos nuevos ciclistas se mantendrán. La llegada de otoño, el frío y las lluvias supone un importante inconveniente. Así como la poca atención que recibe el colectivo por parte de los ayuntamientos, como importantes retos a nivel de urbanismo y planificación para facilitar e incentivar su uso.