Patricia y Raquel sufrieron recientemente una brutal agresión homófoba cuando se besaban en la calle en Motril, Granada. Los moratones y las heridas que les infligió su agresor van cicatrizando, pero el miedo a mostrarse afecto en público aún no ha desaparecido.
"Aunque sintamos miedo nunca voy a dejar de demostrar el amor que siento por mi pareja, eso no puede callarlo nadie", sentencia no obstante Patricia Aguilera.
Todo ocurrió cuando iban a entrar a un pub y un chico que no conocían se les acercó. Al no hacerle caso, comenzó a proferir comentarios homófobos: "Se dirige a mí, diciéndome que estoy confundida, que necesito una buena polla y me empuja", relata Patricia.
Su pareja intentó apartarlo, pero se llevó la peor parte. "Me da el primer golpe en la cabeza, me quedé medio inconsciente en el suelo y ya cuando abrí los ojos me la encontré a ella ahí tirada con la boca llena de sangre", explica Raquel Ruiz.
Gracias a la llamada de una camarera, en unos minutos llegó la Policía, pero para entonces el agresor ya no estaba. Hace unos días, ambas víctimas han tenido que volver a verse las caras con su agresor, en un juicio rápido en el que él ni siquiera se mostró arrepentido.
Este lunes, cientos de vecinos de Motril les han mostrado su apoyo, saliendo a la calle y guardando cinco minutos de silencio para condenar este acto violento y LGTBIfóbico.
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