Sacar dinero de un cajero para Soledad es imposible."Tienes que entrar dentro y esperar grandes colas", ha asegurado Soledad. Al llegar a las puertas de la taquilla del teatro Carmen se tiene que parar: "Tengo que ir siempre acompañada".

En una calle de Sevilla, Nieves no puede entrar en un portal, ni en una tienda, ni incluso usar algunas rampas. "Tendría que pedirle a alguien que me ayudara a subir el escalón", ha señalado Nieves.

Una imagen que se repite en Bilbao, en Madrid y hasta en la plaza del Obradoiro de Santiago. "Nada más entrar en el ayuntamiento no tienes acceso, tienen que colocar una rampa", ha señalado un hombre con minusvalía.

María José aparca el coche en una plaza para personas con discapacidad, pero ahí no acaba el problema: "Es imposible bajarse". Claudia no se puede columpiar sola: "Siempre tenemos que columpiarnos nosotros con ellos”, ha señalado la madre de Claudia.

Son solo unos ejemplos de las miles de barreras a las que se enfrentan día a día. El 4 de diciembre es la fecha límite para la accesibilidad universal en España, según la ley de derechos de personas con discapacidad, pero se quedará en una promesa. "Seguirá vulnerando los derechos fundamentales de este colectivo, derechos humanos", ha señalado Javier Font, presidente de FAMMA-Cocemfe.

Dolors Monserrat ha reconocido que queda mucho por hacer. Sin embargo, la ministra de Sanidad también ha señalado que: "quizá no es el Gobierno de España el que no cree en la accesidad. Quizá son otros gobiernos de otras comunidades autónomas". Unas barreras que limitan sus movimientos y sobre todo sus derechos.