La furgoneta de Abdelbaki Es Satty ha aparecido aparcada a pocos metros de la casa de Alcanar. El imán murió allí, en la explosión, tal y como han confirmado los Mossos.

Josep Lluís Trapero, major de los Mossos d' Esquadra, ha dicho en rueda de prensa que "(el imán) era una de las personas que se habían encontrado muertas en el domicilio de Alcanar".

Buscando el cómo y el por qué de su radicalización, los investigadores siguen sus recientes viajes al extranjero, donde se habría reunido con miembros de Daesh. Podría haber sido en su país natal, Marruecos, o en sus visitas a Francia o a Bélgica. Allí pasó tres meses en 2016, en la localidad de Vilvoorde, conocida como ciudad de los yihadistas.

En la mezquita de la vecina localidad de Diegem, Satty buscó trabajo como imán, pero, según el alcalde, había un escollo: no hablaba un francés perfecto.

Jean-Pierre De Groef, alcalde de la localidad, explica que "el primer problema era que no hablaba bien, sólo hablaba español". Además, un imán de Vilvoorde, familiar del imán que lo entrevistó, cuenta que algo les resultó extraño en él, y por eso se le pidió un certificado de antecedentes penales, momento en el que Es Satty, desapareció.

Una prevención que no tomaron en la última mezquita de Ripoll donde ejerció y en la que lamentan que las autoridades no les alertaran de los antecedentes de es Satty por narcotráfico. Ali Yassine, presidente de la Comunidad Musulmana Islámica de Ripoll lo lamenta: "No se nos avisó por parte de las autoridades de que tenía antecedentes".

Algunos imanes llevan tiempo alertando de que en España, muchos ejercen sin cualificación. Mohamed Said, imán de Fuenlabrada, cree que primero "hay que ver si era Imán o no, muchos de los que ejercen no lo son. Esto es una cosa que se ha alertado", ha detallado. Algo que ocurre, explican, por falta de recursos económicos de algunas comunidades musulmanas.