El conductor del autobús ha salido cubriendóse la cara con un jersey y sin contestar a las preguntas de los periodistas tras declarar ante la juez como imputado por homicidio, lesiones y conducción imprudente.
Ha quedado en libertad, aunque deberá comparecer periódicamente en el juzgado. Además, se le ha retirado de manera provisional el permiso de conducir. Por el momento, el exceso de velocidad sigue siendo la principal hipótesis del accidente.
Sin embargo, la Guardia Civil tampoco descarta la distracción del conductor como posible causa del accidente. Según los guardias civiles, el autobús circulaba a 90 kilómetros por hora en una vía perfectamente señalizada y donde debía haber reducido primero a 60 y después a 40 hasta detenerse en el stop.
Otro punto que se está investigando es si alguno de los pasajeros viajaba sin el cinturón de seguridad. El autobús, según habría declarado su dueño a algunos medios, había pasado la ITV el pasado viernes.
Este mismo vehículo, pintado de otro color pero con la misma matrícula, sufrió otro accidente en junio de 2010. En aquella ocasión volcó al tomar una curva y 14 menores resultaron heridos. Según recogieron los medios locales, el conductor alegó entonces que había tenido un "problema de frenos".
EL CHÓFER SIGUE IMPUTADO EN EL PROCEDIMIENTO