La víctima de la agresión sexual en Córdoba se despertó amoratada, con muchísimo dolor en los muslos y se fotografíó varios hematomas que tenía en la parte trasera de las piernas.

Prácticamente después después de sufrir la agresión sexual, se pone en contacto con un amigo que le aconseja denunciar porque a él le paso "una cosa parecida, aunque no sirvió de nada porque tampoco sabía quién había sido", según se lee en las conversaciones de Whatsapp.

Unas horas después escribe a otro amigo, mostrándose desesperada porque nadie de su entorno la toma en serio: "Es que me va a dar algo, que ayer me forzó un tío y me rajó el vestido, y se piensa que estoy inventándome esto para llamar su atención".

Responde con una nota de audio y dice que sus amigos se están cachondeando de ella y que no la creen. Según Diario de Noticias de Navarra también llamó a un policía local amigo suyo, y ahora el alcalde de Pozoblanco ha pedido a los agentes que averiguen quién tuvo conocimiento de esta agresión.

La falta de crédito junto a los pocos datos que tenía de los acusados la llevaron a no denunciar pese a tener la ropa completamente rota y moratones por el cuerpo.