Eduardo, un niño con autismo, cambió su comportamiento al poco de comenzar sus clases en el colegio de educación especial Ramón y Cajal Getafe y sus padres le ocultaron una grabadora en su ropa para saber qué ocurría en el centro.

Según publica la Cadena SER, el niño llevó este dispositivo durante varios días y la familia escuchó cómo se comportaban con el pequeño. Dos profesoras y una auxiliar de enfermería le amenazaban, le inmovilizaban y se burlaban, aparentemente, de él por su forma de hablar.

Esto es lo que recogen las grabaciones: "¿No has terminado? Pues si no has terminado, ¡no te levantas!, ¡no te levantas!"; "fuera de clase ya". También se escucha cómo eran las amenazas de pincharle o echarle agua: "Te van a pinchar en el culo", ¿te echamos agua por encima".

Rosa María García, psicóloga especializada en autismo, afirma que "hay un maltrato psicológico enorme".

Los padres denunciaron el caso en inspección educativa y en los juzgados y el juez investiga a estas tres personas por un posible caso de malos tratos.

Hasta el centro han ido otras dos madres, aseguran que en el centro existe lo que se conoce como la habitación blanca, donde, aseguran, encierran a los niños con llave cuando se ponen nerviosos, y sin personal en el interior.

"Las alternativas que me daban era medicarle más o ponerle zinchas porque yo me negué a la habitación blanca", sostiene una madre. Otra explica que "en ocasiones al ir a recoger al niño, él estaba encerrado".

Irene, al descubrirlo, se lo contó a la psicóloga de su hijo porque, asegura, se llegó a defecar encima y a comerse los bordes de la habitación.

"Esto es una barbaridad, porque aumentará el malestar del niño", añade Rosa María García.

Según la Cadena SER, las tres trabajadoras niegan cualquier maltrato, aseguran que tan sólo siguieron el protocolo habitual en estos casos.