Una imagen inaceptable para de la delegada del Gobierno y del presidente de Canarias. Los inmigrantes llegaron en patera a una playa de la isla. El personal de limpieza de la playa avisó a Cruz Roja que confirmaron que cinco de ellos tenían fiebre.

Se activó el protocolo de inmediato, pero el primer facultativo tardó en llegar tres horas. Desde el servicio de salud canario, argumentaron que la información les llegó con cuenta gotas. Aseguran que la primera ambulancia que mandaron no llevaba ni mascarillas ni guantes, con lo que tuvo que dar media vuelta. Cruz Roja defiende que mandaron la información desde primera hora.

Cruz Roja acusa al servicio de salud canario de responder tarde y mal, ellos les devuelven la pelota. Aseguran que la información que les llegaba era contradictoria y tuvieron que parar la ambulancia cuando estuvieron a punto de llegar por el riesgo que suponía.

Descartado cualquier riesgo de infección se procedió a llevarles a la comisaria, mientras la patera fue calcinada en la playa por temor al ébola. Fueron trasladados en el mismo camión que recoge la basura de la ciudad. Fue decisión de la policía nacional e inaceptable para la delegadada de Gobierno, que ha confirmado, que ya se investiga por qué nadie le consultó. Los sindicatos, contestado que no tenían más opción.

"No disponemos de material, ni de medios suficientes, ni disponemos de ningún vehículo para acceder a esa zona", ha declarado el Secretario del sindicato independiente de la Policía, Alberto Méndez.

Quien puso a disposición el camión de la basura fue el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana y no se hacen responsables del uso que le diera la policía.

Un error, el del traslado, que fue precedido de muchos otros. El primero, no se detectó la presencia de la patera en alta mar como en otras ocasiones, y otro más, cuando los 21 inmigrantes estuvieron en la playa tardaron siete horas en ser trasladados y atendidos adecuadamente. Durante ese tiempo, cruz roja les facilitó agua y comida.

Llegaron incluso a mandar un intérprete, aunque Cruz Roja asegura que una de las inmigrantes hablaba perfectamente español. Todo ello, sin aproximarse a menos de dos metros, incluso la Policía se colocó a 200 metros para evitar que se acercaran bañistas. No obstante, nunca se activa el protocolo por ébola. A las siete horas los médicos certificaron que no tenían ébola, además, proceden de Marruecos y hace más de un año que no están en países donde hay ébola.

Cuando llegó el traductor cambió la información: no era necesario activar el protocolo por ébola. Mientras tanto ellos siguieron tirados en la playa, en una zona acordonada, con decenas de personas observándolos. Pero durante siete horas no les prestaron toda la ayuda necesaria.