El cadáver fue descubierto en una plaza situada al norte de la ciudad gala de Angers por una persona que tardó un tiempo en darse cuenta de que se trataba de un bebé. Este "tenía todavía un trozo de cordón umbilical sobre él", según las declaraciones del fiscal Yves Gambert recogidas por fuentes de AFP.
En este sentido, y en palabras de Gambert, el menor "nació vivo y viable y no presentaba síntomas de haber sido golpeado, por lo que probablemente murió de frío".