El Consejo de Estado francés ha dictado sentencia en favor de la solicitud de una mujer española que pidió el traslado a España del esperma de su marido muerto para inseminarse.
"Estamos a favor de la exportación" de los espermatozoides, declaró la portavoz del Consejo de Estado, apelando a la situación "excepcional" del caso.
Francia prohíbe la inseminación post mortem, a diferencia de España, que autoriza la asistencia a la inseminación post mortem, pero sólo dentro de un año después de la muerte.
Nicola Turri, marido de la española, murió en París en julio de 2015 de un cáncer. Antes de su muerte, la pareja ya había hecho un intento sin éxito de inseminación.
Además su marido había dejado por escrito cuáles eran sus deseos en caso de fallecer, en un testamento redactado dos meses antes, cuando aún pensaba que tenía opciones de superar la leucemia que padecía.