Aprovechar un bordillo, un portal o las escaleras de la catedral para comerse un panini ya no es posible en Florencia. Una nueva ordenanza municipal prohíbe comer en la calle a determinadas horas. El Ayuntamiento quiere controlar la suciedad que, dicen, provocan cada día los turistas maleducados.
La regla se aplica en las calles más céntricas de la ciudad. Los restaurantes, muchos de ellos especializados en comida para llevar, están obligados a informar a sus clientes. Una medida tajante para controlar algo que en España se conoce bien con el turismo en masa y la suciedad que dejan muchos que están de paso.
La masificación deja en Barcelona las calles sucias durante el verano y, a mayor suciedad, mayor número de plagas de palomas y de ratas. La medida drástica tomada en Italia, con multas que llegan a los 500 euros, no convence mucho a los turistas en España.
Si algún español tiene pensado viajar a Florencia que no se preocupe. La limitación para la comida de mediodía acaba a las tres y la de la cena, a las diez de la noche así que la prohibición no afecta tanto como a los demás gracias al particular y tardío horario de comidas.