Renzo tuvo que dejar atrás su familia, su casa y su trabajo porque ya no podía soportar las amenazas y las palizas: "Terminé en el hospital, estuve ingresado aproximadamente 15 días. La denuncia policial no sirvió para nada. Le dijeron a mis padres que eso pasaba por tener un hijo gay".
Un caso similar al de John, que se vio obligado también a huir de Colombia tras recibir dos disparos: "Me pegaron dos tiros y me amenazaron. Como que tenía que huir, conseguí el dinero y me vine aquí".
Son ejemplos de la persecución que siguen viviendo las personas LGTBI en el Mundo: ocho países siguen matándolas, 72 criminalizan las relaciones del mismo sexo y, desde 2008, se calcula que 2.300 personas trans han sido asesinadas en el mundo.
Una de las últimas ha sido Romina, en Paraguay. Su amiga Mariana denuncia que en los últimos meses ha sido apuñalada en la calle y expulsada de su instituto: "Volvemos a ser discriminadas, violentadas en todos los sectores".
España ahora se ha convertido en un refugio para estas personas. "La normalización por parte de la sociedad y agentes estatales va muy retrasada respecto a la despenalización", explica Paloma Favieres, de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado.
En los últimos meses, CEAR ha atendido a refugiados LGTBI de 81 nacionalidades: personas que se han visto obligadas a huir de sus países simplemente por quienes son a quienes aman.