Los clientes de Caixabank están a escasos días de un cambio importante. Especialmente, los menos activos: la entidad tiene previsto cobrar a partir del 1 de octubre hasta 240 euros al año por tener una cuenta corriente, aunque esta cifra puede variar y, según la entidad, es relativamente sencillo bajar los costes a cero.

Este cobro por la posesión de una cuenta, así como del uso de los servicios del banco, afecta más a unos clientes que a otros. Los mayores damnificados serán aquellos que no hagan un uso habitual de los recursos de Caixabank. Es decir, que apenas hagan movimientos, no domicilien ninguna nómina o no utilicen la tarjeta.

Desde Caixabank indican que domiciliar la nómina es uno de los requisitos principales para reducir el coste del mantenimiento de la cuenta. Dicha nómina que ingresen los clientes debe ser superior a 600 euros, aunque cumplir solo este requisito no exime del pago, sino que reduce el coste de 60 euros cada tres meses a 15. Para empezar, si lo que se quiere es no pagar nada, primero hay que cumplir una de estas condiciones:

  • Tener una nómina (o ingresos profesionales, por ejemplo, de ser autónomo) superior a 600 euros.
  • También si se tiene una nómina superior a 6.000 euros al año, pero los ingresos deben darse mínimo durante tres meses y como máximo diez meses.
  • Ostentar una pensión superior a 300 euros.
  • Tener un saldo superior a 20.000 euros en determinados productos, como fondos de inversión, carteras de fondos, carteras gestionadas, estructurados, seguros de ahorro y planes de pensiones individuales.

Hecho esto, el segundo paso que hay que superar, además de cumplir con uno de los requisitos anteriores, es asumir al menos otro de estos dos bonificadores:

  • Tres o más recibos domiciliados y pagados en CaixaBank.
  • Tres o más compras con tarjeta de crédito de CaixaBank Payments&Consumer al trimestre.

Por ejemplo, si una persona tuviera una pensión de 300 euros (domiciliada en el banco), pero no tuviera ningún recibo domiciliado en la entidad, tendría que pagar 60 euros al año. Por el contrario, si llevara a cabo estas dos acciones, no pagaría por el mantenimiento de la cuenta. Y si no cumpliera ninguna de ellas, pagaría 240 euros.

Según confirma Caixabank a laSexta.com, la intención de este giro en las comisiones es “premiar y fidelizar a los clientes más fieles”. Así, todos aquellos que no tengan a la empresa como entidad principal, deben pagar dicho mantenimiento: “Los clientes vinculados tienen que tener mejores condiciones que aquellos que no trabajan con nuestro banco”, espetan desde el departamento de prensa.

Por su parte, Caixabank alega que en dichos pagos se cubren servicios como el ingreso de cheques, el uso de los cajeros de la propia entidad, las transferencias SEPA en euros dentro de la UE, la solicitud de certificados por Internet y las cuotas de emisión y de mantenimiento de las tarjetas de crédito Visa Classic y Visa&Pay.

Estas nuevas comisiones forman parte del programa 'Día a Día'. En un principio, ya deberían de haberse implantado, pero el banco optó por retrasarlo primero de febrero a abril y después de abril a octubre, a causa de la crisis sanitaria. Una actualización importante que se da en un momento crucial para los intereses de la entidad bancaria, que se encuentra en medio de unas negociaciones con Bankia para formar el mayor banco de España.

Estos cambios no afectarán a aquellos que tengan una cuenta ‘Imagin’, destinada a un público principalmente joven, en la que no se cobran comisiones. Sin embargo, los clientes que formen parte de las cuentas Family, Premium, Estrella o InTouch sí deberán abonar dichas tasas en caso de no cumplir con los requisitos mencionados.