Según ha informado la Guardia Civil, la colaboración ciudadana permitió descubrir los criaderos, situados en las afueras de los dos municipios y en el que había decenas de perros de razas como bulldog francés, chihuahua y yorkshire terrier.

Agentes del Seprona de la Guardia Civil inspeccionaron las instalaciones en coordinación con la Comunidad de Madrid y comprobaron que carecían de licencia de núcleo zoológico, y que había infracciones graves y muy graves en materia de protección y bienestar animal tanto en los animales como en los criaderos.

Por eso intervinieron 85 de los perros, principalmente animales enfermos, cachorros, hembras recién paridas y otras preñadas, que fueron trasladados al Centro Integral de Acogida de Animales de la Comunidad de Madrid.

El resto fueron repartidos en albergues autorizados y colaboradores de la Comunidad. La Guardia Civil ha recordado que antes de adquirir una mascota hay que tener claro que el animal necesita nuestra atención y cuidados, así como que los cachorros de perro y de gato deben tener una edad mínima de tres meses en el momento de la venta para evitar problemas de salud o de comportamiento.