Con lágrimas en los ojos cuenta cómo lo que confirmó la Justicia, una condena por malos tratos, ahora se lo cuestiona la iglesia. María denuncia que un sacerdote del tribunal eclesiástico le hizo pasar uno de los peores momentos de su vida, una humillación. "Ningún cura debe reirse ni asegurar que es falso", narra María.

La primera respuesta del sacerdote fue acusarla de provocar a su marido del que cuenta, sufrió malos tratos durante años. Según María, el tribunal que la citó para resolver la nulidad matrimonial que ha solicitado su exmarido cuestionó cada una de sus palabras.

Incluso puso en duda que la sentencia de condena fuera auténtica. La archidiócesis de Madrid, de la que depende el tribunal eclesiástico, dice que no van a hacer declaraciones, tampoco la Conferencia Episcopal.

Sí consiguió una respuesta el periodista que ha destapado la denuncia de María. "Aseguran que los hechos no son como los relata María y que le dieron un trato cordial en todo momento", explica el periodista Pedro Simón.

Las mujeres maltratadas, piden las asociaciones, deberían recibir un trato especialmente cuidadoso y más, por parte de una institución como la iglesia. Después de todo, María, profundamente creyente, dice que sigue teniendo fe.